Prisión para el español que reclutó ‘soldados’ para la Yihad

Una de las decapitaciones sumarias del ISIS (Imagen: youtube)
Los seis miembros de la organización enviaron a más de 30 yihadistas desde España, Bélgica, Luxemburgo, Turquía, Túnez, Libia, Mali, Francia y Marruecos
La Audiencia Nacional ha condenado a penas de entre 5 años y medio y 8 años de cárcel a los seis integrantes de una de la mayores redes de captación y envío de terroristas islamistas a Mali, Siria o Libia.
Allí, los «soldados» se integraban en Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI), Estado Islámico (EI) o Jabaht Al Nusra.
En una sentencia dictada tras llegar a un acuerdo con la Fiscalía, los magistrados imponen una pena de 8 años de prisión al líder de la organización, el español Mustafá Maya Amaya, por un delito de pertenencia a organización terrorista en calidad de promotor y director, con la atenuante simple de confesión.
A otros cuatro acusados –entre los que se encuentra Davide De Angelis, alias Abou Nouh– les condena a seis años por el mismo delito y atenuante. Al único de los acusados que no pactó con el Ministerio Público, el Tribunal le condena a cinco años y seis meses de prisión por colaboración con organización terrorista.
Las investigaciones permitieron descubrir una de las mayores redes de captación y envío de radicales a organizaciones terroristas yihadistas que querían la «yihad global». Dicha red facilitó combatientes a «Al Qaeda en el Magreb Islámico» (AQMI), el «Movimiento para la Unicidad y la Yihad en África Occidental» (MUJAO), «Jabhat Al Nusra» (JAN) y «Estado Islámico» (El) desde 2012.
Los integrantes de la red de captación se asentaban en España, Bélgica, Luxemburgo, Turquía, Túnez, Libia, Mali, Francia y Marruecos. En sus lugares de residencia captaban a los «soldados», a los que convencían para hacer la Yihad.
También actuaban como financiadores, facilitadores (intermediarios en terceros Estados para recibir a los voluntarios), pasadores (encargados del cruce clandestino de los voluntarios por las fronteras de los Estados en los que operan las distintas organizaciones terroristas de corte radical islámico) y receptores de nuevos combatientes.
El promotor, director y coordinador de esta organización era Maya Amaya, gitano reconvertido al Islam, que se erigió en el líder y quien mantenía permanente comunicación con musulmanes europeos asentados principalmente en Francia, a los que les convencía para que se desplazasen a las zonas donde operaban las citadas organizaciones terroristas.
Por otra parte, el Tribunal Supremo ha confirmado la condena a cinco años de prisión por un delito de colaboración con organización terrorista impuesta por la Audiencia Nacional a Raja E. A., joven marroquí detenida en Gandía en 2015 por difundir a través de las redes sociales fotografías y vídeos de propaganda del Estado Islámico y hacer un llamamiento a la yihad.
La Sala Segunda considera probado que la recurrente «es la responsable de los perfiles con los que buscaba favorecer la causa del Estado Islámico». Después de examinar los vídeos y los textos en árabe insertados en algunas fotografías, extraídos de su perfil de Facebook, Twitter y de otras redes sociales el tribunal confirma que «eran por sí realmente ilustrativas, sin necesidad de entender la letra de los cánticos, ni los textos en árabe».
La joven condenada, que desde 2015 se fue radicalizando en sus convicciones religiosas y políticas, empezó a hacer público en las redes sociales, a través de su perfil que compartía los postulados del DAESH y a insertar mensajes sobre la conveniencia de hacer la yihad. En ese momento, se empezó a plantear viajar a una zona de conflicto controlada por el Estado Islámico para casarse con un muyahidín, como forma de hacer su propia yihad. Tras regresar a España después viajar a Marruecos, donde se informó de cómo hacer el viaje a Siria, siguió difundiendo fotografías y vídeos de propaganda del Estado Islámico en las que se presentaba a sus miembros como héroes y mártires, y ejecuciones de infieles, al mismo tiempo que hacía un llamamiento para hacer la yihad.