Un disparate inmoral
Editorial de FAES a cuenta del pacto alcanzado por el Gobierno PSOE-Unidas Podemos con EH Bildu para derogar la reforma laboral
Quien, mirando a Pedro Sánchez, crea que la política del Gobierno no puede caer mas bajo en degradación e indignidad, solo tiene que esperar al día siguiente para comprobar lo mucho que se equivoca.
Sánchez no es la víctima de ninguna descoordinación. Es el protagonista de ese juego de apuestas temerarias en las que empeña un capital del que no puede disponer porque pertenece al acervo democrático y de libertades de los españoles. El acuerdo con Bildu se firmó, existe y dice lo que dice. Todo lo demás, los balbuceos autojustificativos de la firmante socialista y de algún ministro, no son más que un insulto añadido a la inteligencia de los españoles.
El pacto no solo es un disparate. Es una profunda inmoralidad. Otorgar a Bildu el poder de dictar el marco de relaciones laborales en medio de una crisis económica devastadora revela una degradación política abismal. Hay que imaginar lo que pueden pensar los empresarios vascos ante este pacto. Los precursores de Bildu eran los que disparaban en la rodilla, secuestraban y en último término asesinaban a los empresarios que se resistían a su chantaje. Eran los bildutarras en su vida anterior como Batasuna y Herri Batasuna los que oficiaban de recaudadores de la extorsión; eran ellos con los que había que contactar para pagar a ETA, a quienes había que dirigirse para intentar que la extorsión no acabara con su trabajo, su empresa y su medio de vida. Quien tenga alguna duda, solo tiene que reparar en el papel estelar de Arnaldo Otegui, una vez culminado por Sánchez el blanqueo que inició Zapatero bautizándole como “hombre de paz”.
Quien quiera engañarse negando las evidencias que se acumulan, puede seguir creyendo que esta indignidad es fruto algo alocado del apremio que sentía el Gobierno para asegurarse los votos que necesitaba en la votación de la quinta prórroga del estado de alarma. No es eso. Este es otro juego, dirigido por Sánchez en el que se une la libido dominandi sin escrúpulos del líder del PSOE y el apetito revolucionario de Iglesias, unidos en una coalición de gobierno impresentable en Europa. Pero no es por Europa, es por nosotros como ciudadanos libres por lo que es preciso seguir defendiendo sin reservas la dignidad de la democracia.