300.000 migrantes han cruzado ya el Mediterráneo en 2016

La travesía no siempre acaba bien… (Foto: ACNUR/A. D’Amato)
La presión migratoria sobre España aumentó en 2015
La ONU suspende el envío de ayuda a Siria tras el ataque a un convoy
Más de 300.000 de refugiados han llegado a Europa cruzando el Mar Mediterráneo durante los primeros nueve meses del año.
Según ha informado este martes la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), la cifra es más baja que la registrada durante ese mismo periodo de 2015, pero superior a los más de 216.000 migrantes que llegaron en todo 2014.
Sin embargo, el portavoz de ACNUR, William Spindler, ha advertido del creciente peligro mortal que entraña la travesía. «El número de personas que fallecieron o desaparecieron entre enero y septiembre es sólo un 15% menor que la totalidad de bajas durante el año pasado. De seguir a este ritmo, 2016 será el año más mortífero del que se tenga registro en el Mediterráneo», estima Spindler, que ha añadido que Italia y Grecia continúan siendo los países principales de llegada de los refugiados, aunque con diferentes patrones.
Las cifras en Italia durante los primeros 9 meses del año se han mantenido casi idénticas respecto a 2015, con unas 130.000 llegadas, sin embargo los números sufrieron una fuerte caída en Grecia. El país heleno acogió a 165.000 refugiados de enero a septiembre, para una disminución de un 57% respecto a 2015, cuando se registraron más de 385.000 llegadas. El 68% de los migrantes proviene de Siria, Afganistán, Iraq, Nigeria y Eritrea.
Por último, Spindler ha señalado que hasta el momento, el plan adoptado por la Unión Europea y sus Estados miembros que debía reubicar a unos 160.000 refugiados, ha trasladado a menos de 5.000.
Uno de los lugares desde donde escapan los refugiados es de Siria, donde ha terminado el alto el fuego acordado por EEUU y Rusia el pasado sábado día 10. Además, la ONU ha suspendido la entrega de asistencia humanitaria tras el ataque a un convoy con ayuda humanitaria fletado por la ONU y la Media Luna Roja Árabe al noroeste de Aleppo.
En conferencia de prensa en Ginebra, el portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), Jens Larke, ha expresado su indignación por el suceso y ha advertido que podría clasificarse como una atrocidad según las leyes internacionales. «Si se confirma que este cruel ataque tenía como objetivo intencionado a los trabajadores humanitarios, podría constituir un crimen de guerra», ha dicho.
Según Naciones Unidas, el convoy tenía todos los permisos en regla y estaba formado por 31 camiones cargados con alimentos y medicinas destinados a proveer ayuda a unas 78.000 personas. Por estas razones, el coordinador humanitario de Naciones Unidas, Stephen O’Brien, ha pedido que se abra una investigación imparcial e independiente sobre el suceso.
Una investigación que el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, parece tener muy avanzada. En el discurso de apertura de la Asamblea General de la ONU, Ban acusó veladamente al presidente sirio, Bashar al Asad, al decir que «muchos grupos han matado a muchos inocentes, pero ninguno más que el Gobierno de Siria». En su opinión, el futuro de Siria no puede depender de Al Asad.
Sea como fuere, según las cifras que maneja Médicos Sin Fronteras, mientras los líderes mundiales aprueban en la ONU la Declaración de Nueva York, en la cual se comprometen a trabajar juntos para hacer frente a los grandes movimientos de refugiados y migrantes, 75.000 refugiados sirios están atrapados en la frontera de Jordania con Siria a pocos kilómetros del frente de guerra, 350.000 refugiados somalíes están en riesgo de ser enviados de vuelta a una zona de guerra en Dadaab (Kenia) y decenas de miles de personas están sufriendo un infierno en Libia mientras esperan su oportunidad para cruzar el Mediterráneo, donde ya han muerto 3.200 hombres, mujeres y niños en lo que llevamos de año.