La visita de Guterres a Rusia resulta infructuosa

Antonio Guterres habla con Sergey Lavrov (de espaldas) ayer en Moscú (Foto: Yuri Kochin)
La invasión militar de Ucrania comenzó el 24 de febrero
Putin corta el suministro de gas a Polonia y Bulgaria por negarse a pagar en rublos
La Asamblea General de la ONU se reunirá siempre que se produzca un veto en el Consejo de Seguridad
La visita del secretario general de la Naciones Unidas, António Guterres, a Rusia dio pocos o ningún resultado.
A lo más que llegó la ONU tras la reunión en Moscú de Guterres con el presidente ruso, Vladimir Putin, y con su ministro de Asuntos Exteriores, Sergey Lavrov, es a mantener ‘que hay dos posiciones diferentes sobre lo que está sucediendo en Ucrania’.
‘En principio’ y sólo en principio, Putin ha aceptado que la Organización de las Naciones Unidas y el Comité Internacional de la Cruz Roja participen en la evacuación de ciudadanos de la ciudad ucraniana de Mariúpol’, que ha sido totalmente destruida por las bombas rusas y donde unos cientos de civiles se han atrincherado en una fábrica de acero en Azovstal.
El líder de Naciones Unidas ni siquiera salió de Rusia con la convicción de que vayan a poder abrirse corredores humanitarios seguros para evacuar a los civiles que quieran salir del país. Antonio Guterres propuso a Putin crear un Grupo de Contacto Humanitario integrado por Rusia, Ucrania y la ONU pero nada ha quedado firmado.
Guterres se refirió a la situación en el Donbás, al este de Ucrania, donde cientos de civiles están siendo asesinados. El secretario general aseveró que los posibles crímenes de guerra requerirán una investigación independiente para una efectiva rendición de cuentas.
Pero nada frena la invasión militar de Ucrania. Antes de la llegada de Guterres a Moscú, el ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, alertó de que el peligro de una guerra nuclear ‘es grave, es real y no debe subestimarse’…
Lo que sí puede cambiar algo es el funcionamiento de las Naciones Unidas. Ayer la 76ª sesión de la Asamblea General adoptó una resolución que ordena que se reúna siempre que se produzca un veto en el Consejo de Seguridad. Esto supone que los vetos a las resoluciones del Consejo de Seguridad tendrán que ser argumentadas y en todo caso debatidas en la Asamblea. Actualmente, Estados Unidos, Rusia, el Reino Unido, China y Francia tienen derecho de veto en el Consejo de Seguridad.
Como era de esperar el representante permanente adjunto de Rusia, Gennady Kuzmin, rechazó la medida y recordó que ‘el derecho de veto de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad es una piedra angular de la arquitectura de la ONU’. ‘Sin él, el Consejo de Seguridad se convertiría en un órgano de aprobación de decisiones cuestionables, impuestas por la mayoría nominal, cuya aplicación sería apenas posible’, añadió el emisario del Kremlin. Kuzmin argumentó que la división de poderes entre el Consejo de Seguridad y la Asamblea General es lo que ha permitido el funcionamiento efectivo de las Naciones Unidas desde hace más de 75 años.