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La UE quiere cortar en seco su dependencia del gas ruso

Günther Oettinger

Günther Oettinger, comisario europeo de la energía (Foto: EC)

Presenta una estrategia completa para reforzar la seguridad de abastecimiento

La Unión Europea quiere dejar de depender de la importación de gas ruso para calentar sus hogares. Los recientes acontecimientos entre Ucrania y Rusia -en 2013, el 39% de las importaciones de gas de la UE procedió de Rusia- han causado alarma en el seno de la Unión, que quiere garantizar el flujo ininterrumpido de energía a unos precios estables pase lo que pase a su alrededor.

En la actualidad, la demanda mundial de energía está creciendo y, según las previsiones, aumentará en un 27% de aquí a 2030. Además, la producción energética interna de la UE disminuyó en casi una quinta parte entre 1995 y 2012 por lo que más del 50% de las necesidades energéticas de la UE están cubiertas por proveedores externos: en 2012, alrededor del 90% del petróleo, el 66% del gas y el 42% de los combustibles sólidos consumidos en la UE fueron importados, lo que supone una factura de más de 1.000 millones de euros al día.

Los próximos 26 y 27 de junio el Consejo Europeo debatirá cómo cortar esa dependencia energética exterior. Entre las claves que se barajan está diversificar el suministro energético  exterior, mejorar la infraestructura energética, e implementar un mercado interior de la energía.

El aún presidente de la Comisión, José Manuel Barroso, afirma que «aunque es mucho lo que la Unión Europea ha hecho tras las crisis del gas de 2009 para aumentar su seguridad energética, sigue siendo vulnerable, como lo confirma la tensión generada en Ucrania. Por eso tenemos que tomar medidas para evitar que nuestra dependencia de las importaciones energéticas es superior al 50%».

En la misma línea Günther Oettinger, comisario de Energía, añade que «queremos socios fuertes y estables, pero tenemos que evitar ser víctimas de un chantaje político y comercial», en referencia clara a las veladas amenazas  rusas sobre un posible corte del suministro de gas a Europa.

Para evitar el colapso energético, la Comisión Europea propone crear un mercado interior de la energía y construir los enlaces de infraestructura que faltan para dotar a la UE de flujos constantes de energía; diversificar países suministradores y rutas de tránsito -en 2013, el 39% de las importaciones de gas de la UE procedió de Rusia, el 33% de Noruega y el 22% del norte de África (Argelia y Libia)-.

Si bien la UE mantendrá su relación con socios fiables, procurará estrechar lazos con nuevos países asociados y rutas de suministro, por ejemplo en la cuenca del Mar Caspio, ampliando el Corredor Meridional de Gas, desarrollando el mercado mediterráneo del gas e incrementando los suministros de GNL.

Además, según la CE, debe aumentar la producción de energía autóctona, para lo que se precisa un mayor despliegue de las energías renovables y una producción sostenible de combustibles fósiles; mejorar la coordinación de las políticas energéticas nacionales y hablar con una sola voz en la política exterior en materia de energía; desarrollar las tecnologías energéticas, y aumentar la eficiencia energética, dado que los edificios son responsables del 40% de nuestro consumo de energía y de un tercio del consumo de gas natural.

Para empezar a garantizar la continuidad del suministro durante el próximo invierno, la Comisión realizará pruebas de resistencia simulando una interrupción del suministro de gas. Así podrá comprobar cómo los países de la Unión afrontan la seguridad de suministro. Por otra parte, pide aumentar las reservas de gas, disminuir su demanda mediante otros combustibles (en particular para calefacción), y construir infraestructuras de emergencia.

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