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La OMS declara la emergencia de salud pública internacional

Coronavirus

Célula infectada por el coronavirus (Foto: Instituto Nacional de Enfermedades Alérgicas e Infecciosas de Estados Unidos)

De momento, no hay vacunas para prevenir la infección por el coronavirus 2019-nCoV

Lavarse las manos a menudo es una de las mejores formas de protección

La Organización Mundial de la Salud ha declarado la emergencia de salud pública de interés internacional por el coronavirus 2019-nCoV, un virus desconocido hasta ahora que está causando enfermedades respiratorias en China y se ha extendido a otros 18 países.

El virus, que puede causar neumonía, ha provocado más de 170 muertes, lo que representa un 2% de los casos, y enfermado a 98 personas en 18 países, la mayoría de las cuales habían viajado a la ciudad china de Wuhan, el epicentro del brote.

Los primeros casos se vincularon al mercado de pescados y mariscos de la ciudad, donde se comerciaba con multitud de peces, reptiles, murciélagos y otros animales vivos y muertos. Hay miles de pacientes ingresados, 1.370 en estado grave, que no se sabe cómo van a evolucionar. Se considera que el número total de casos será mucho mayor en las próximas semanas. Actualmente, en China hay más de 12.000 casos sospechosos.

La OMS ha declarado la emergencia de salud pública de interés internacional, una medida que solo se ha tomado en cinco ocasiones anteriores –la última en julio de año pasado a cuenta del brote de ébola en la República Democrática del Congo– y que se declara en casos de una enfermedad “grave, repentina, inusual o inesperada”, que tiene implicaciones para la salud pública más allá del Estado afectado y puede requerir una acción internacional inmediata.

El director de la Organización, Tedros Adhanom Gebreyesus, explicó ayer que en este caso la decisión se toma, sobre todo, por el temor a que la enfermedad siga extendiéndose fuera de China y llegue a países con sistemas de salud débiles que no están bien preparados para responder.

La transmisión de persona a persona se ha producido sobre todo en la ciudad de Wuhan pero también en otros lugares de China y fuera del país. La enfermedad se transmite por “vía respiratoria” a través de gotas de fluidos y, sobre todo, por contacto cercano. También se puede producir un contagio por tocar una superficie infectada con el virus, pero se sigue investigando cuánto tiempo puede sobrevivir el virus en esas condiciones.

No hay datos suficientes para conocer la intensidad de la transmisión pero los científicos chinos aseguran que las personas que contraen el virus son contagiosas incluso antes de mostrar síntomas. El período desde que se produce la infección hasta que se desarrollan síntomas, el periodo de incubación, es de entre 1 y 14 días.

La OMS  no ha recomendado limitar los viajes a China, pero sí que se tomen medidas para “controlar el riesgo de importación y exportación” de la enfermedad. Sin embargo, varios países están evacuando a sus ciudadanos y han puesto en marcha planes para poner en cuarentena a los que regresen del país asiático. Rusia sí ha decidido cerrar su frontera de 4300 kilómetros con China.

La Organización sí ha recomendado a las autoridades chinas llevar a cabo controles en todas las zonas de salida de los aeropuertos para detectar si algún pasajero tiene síntomas, como fiebre alta o tos. También se recomiendan estos controles en estaciones de tren y autobuses. Los viajeros que hayan tenido contacto con alguien infectado “deben ser puestos en observación médica”.

Para el resto de los países, la OMS dice que la eficacia de los controles de temperatura a la llegada es “incierta” y advierte que los síntomas se pueden confundir con los de la gripe.

Para la Organización el mayor riesgo son los contagios de persona a persona que se han producido en cuatro países fuera de China (Alemania, Vietnam, Japón y Estados Unidos).

“El aumento continuo de casos y las pruebas de que hay transmisión de persona a persona fuera de China son muy preocupantes. Aunque los números fuera de China son relativamente pequeños, tienen el potencial de un brote mucho más grande”, explicó el doctor Tedros, que agregó que sobre todo preocupa que el coronavirus llegue a países con sistemas de salud débiles que no están preparados para responder.

“Hay aspectos de esta epidemia que son preocupantes, como la aceleración en el número de casos”, añadió la doctora Maria van Kerkhove, directora de enfermedades emergentes y zoonosis de la OMS.

Los coronavirus, que reciben su nombre por las puntas brillantes que se observan en la superficie del virus y que asemejan una corona, pertenecen a la familia de virus que causan enfermedades que van desde el resfriado común hasta el síndrome respiratorio agudo severo (SARS) o el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS).

Pueden causar desde un cuadro leve (fiebre, tos seca), hasta una neumonía que puede ser mortal. Se calcula que un 20% de los pacientes infectados con el nuevo coronavirus tienen síntomas graves. Las personas que tengan otros problemas de salud (como asma, diabetes y enfermedades cardiovasculares) son más vulnerables.

En el caso del MERS, se sabe que las personas se infectan por contacto directo o indirecto con dromedarios infectados. No se conocen bien los orígenes del virus, pero, según se desprende del análisis de varios de sus genomas, se cree que habría podido originarse en murciélagos y haberse transmitido a los camellos en algún momento de un pasado lejano.

En 2002, la civeta o gato de algalia transmitió en China al ser humano el coronavirus causante del SARS. Hay otros coronavirus conocidos que circulan entre animales, que todavía no han infectado al ser humano. Hasta el momento no hay pruebas de que los perros y gatos domésticos puedan infectarse con un coronavirus.

De momento, no hay vacunas para prevenir la infección porque se trata de un virus nuevo. Tampoco hay medicamentos específicos para este virus, pero los infestados deben recibir tratamiento para aliviar los síntomas. Se están investigando tratamientos específicos que se pondrán a prueba en ensayos clínicos.

Los antibióticos no son efectivos contra los virus, solo contra las bacterias. Sin embargo, algunos pacientes hospitalizados por el nuevo coronavirus pueden recibir antibióticos si la infección coexiste con una bacteria.

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