La justicia europea permite impedir a homosexuales donar sangre

Zerolo, en la imagen con Valenciano, pide que no se discrimine alegremente
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha dictado hoy una sentencia en la que considera que puede resultar justificado impedir a los homosexuales donar sangre.
Sin embargo, para ello, aclara el tribunal con sede en Luxemburgo, es preciso demostrar que estas personas están expuestas a un riesgo elevado de contraer enfermedades infecciosas graves, como el VIH, y que no existen técnicas eficaces que garanticen un alto nivel de protección de la salud de los receptores.
La sentencia europea llega después de que en abril de 2009 un médico francés rechazase la donación de sangre que quería hacer un cuidadano que había tenido una relación sexual con otro hombre. Al doctor le avalaba una directiva de la Unión que advierte que las personas cuya conducta sexual supone un alto riesgo de contraer enfermedades infecciosas graves transmisibles por la sangre quedan excluidas permanentemente de la donación de sangre.
En su sentencia dictada hoy, el Tribunal de Justicia declara en primer lugar que la Justicia de los Estados miembros deberá determinar si un hombre que ha tenido relaciones sexuales con otro hombre está expuesto a un elevado riesgo de contraer enfermedades infecciosas graves transmisibles por la sangre.
Para llevar a cabo este análisis, los tribunales de los estados miembros deberán tener en cuenta la situación epidemiológica de sus países. A este respecto, el Tribunal de Justicia pone de relieve que, según los datos facilitados, en el periodo comprendido entre 2003 y 2008 la práctica totalidad de las contaminaciones por el VIH en Francia se debieron a una relación sexual, y la mitad de las nuevas contaminaciones afectan a hombres que han tenido relaciones sexuales con otros hombres.
En ese mismo período, estos últimos constituían la población más afectada por la contaminación por el VIH, en un porcentaje 200 veces superior al de la población heterosexual francesa. A pesar de esto, el tribunal advierte de que, incluso en el supuesto de que se considerara que los hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres están expuestos a un elevado riesgo de contraer enfermedades como el VIH, se plantearía la cuestión de si esta contraindicación permanente para la donación de sangre respeta los derechos fundamentales de la Unión, y en particular el principio de no discriminación por razón de la orientación sexual.
El tribunal con sede en Luxemburgo apela también al principio de proporcionalidad. En este sentido considera que, aunque la exclusión establecida en la normativa francesa contribuye a minimizar la transmisión de una enfermedad infecciosa, hay que determinar en cada caso concreto si hay o no métodos que garanticen el alto nivel de protección de la salud de los receptores que sean menos «dolorosos» que la mera exclusión y si el cuestionario y la entrevista personal a cargo de un profesional sanitario pueden permitir identificar con más precisión las conductas sexuales de riesgo.
Conocida la sentencia, el secretario de Movimientos Sociales del PSOE, Pedro Zerolo, ha señalado que «la Unión Europea y sus instituciones deben garantizar que las exclusiones en la donación de sangre se basan en las prácticas de riesgo y no en la orientación sexual de las personas».
A juicio de Zerolo «no hay justificación alguna que avale las exclusiones que algunos países europeos imponen a los homosexuales para poder donar sangre».
Zerolo ha recordado que en España, «gracias a los cambios que el gobierno socialista impulsó en el año 2005, los homosexuales pueden donar sangre y no ha habido un sólo caso de transmisión de VIH y de hepatitis por transfusión sanguínea».
Por tanto, Zerolo considera probado que «existen técnicas eficaces que garantizan un alto nivel de protección de la salud de los receptores y que prohibir la donación de sangre de personas homosexuales supone una clara discriminación por razón de orientación sexual».
El dirigente socialista considera que «los países deben adecuar sus legislaciones para evitar la estigmatización del colectivo homosexual y no seguir trasladando la idea errónea de que el VIH y otras ITS van asociadas a determinados grupos en lugar de a determinadas prácticas de riesgo».