Europa quiere salvar a sus hijos de la obesidad

Los hábitos saludables evitan muchos problemas…
El PE «dispara» las ayudas destinadas a llevar leche en las escuelas
Los padres dan poca importancia a la obesidad de sus hijos
Los niños europeos empezarán a disfrutar pronto de más leche, más fruta y más hortalizas en sus colegios gracias a la aprobación en el Parlamento Europeo (PE) de un plan dotado con 250 millones de euros para distribuir estos productos en las escuelas.
El consumo de estos alimentos está descendiendo en la UE y lo que ha hecho hoy el PE aprobando esta ley con 584 votos a favor, 94 en contra y 32 abstenciones es impedir que los Estados miembros puedan reducir unilateralmente su dotación o cambiar los criterios para la asignación de fondos. Este es el éxito del proyecto, según Marc Tarabella (S&D, Bélgica), responsable de la tramitación parlamentaria del texto y jefe del equipo negociador con las otras instituciones.
El problema no es menor, ya que en la UE más de 20 millones de niños tienen sobrepeso y los adolescentes sólo toman de media entre el 30% y 50% de la cantidad diaria recomendada de fruta y hortalizas.
Para evitar que este problema «engorde», la partida para distribuir frutas y hortalizas será de 150 millones de euros mientras que la de la leche estará dotada con 100 millones de euros.
El acuerdo, que deberá aplicarse a partir del 1 de agosto de 2017, será muy beneficioso para España porque incrementa sustancialmente la partida que recibirá nuestro país para fomentar el consumo de leche entre la población infantil, pasando de unos 370.000 euros actuales a 6 millones de euros anuales. Además, recibirá casi 13 millones para «llevar» frutas y hortalizas a los colegios.
La eurodiputada popular Esther Herranz ha recibido bien la noticia, ya que «el acuerdo tiene en cuenta el volumen de la población infantil e introduce una ayuda mínima por niño para repartir estos fondos entre los países de la UE».
La riojana ha valorado también que se haya decidido que «los países miembros puedan transferir un 20% de los fondos destinados entre la partida de la leche y la de las frutas y las hortalizas, porque esto dará la posibilidad de adaptar el presupuesto a la realidad productiva de cada país».
Herranz ha avanzado que en el futuro intentará incorporar a este sistema de distribución regular las aceitunas, el aceite de oliva o la miel.
Los Estados miembros que participan en este programa voluntario tendrán que promover hábitos de alimentación saludables, los alimentos locales, la producción agrícola orgánica y combatir el desperdicio de comida. Se introducen también medidas para reconectar a los niños con la agricultura, mediante, por ejemplo, visitas a granjas.
Los Estados deberán garantizar mayores ayudas a las regiones ultra periféricas (como Canarias, en España).
El Parlamento ha modificado la lista de productos que se pueden financiar con dinero comunitario en función de los siguientes criterios:
– prioridad a los productos locales frescos y sin procesar frente a los procesados como sopas, compotas, zumos, yogures y queso. Estos últimos sólo podrán distribuirse como suplemento a fruta fresca, hortalizas y leche o leche sin lactosa, y
– quedan excluidos los edulcorantes y potenciadores artificiales del sabor y el reparto de productos con cantidades limitadas de azúcar, sal y grasa añadidas sólo serán financiados con dinero de la UE de manera excepcional, bajo estrictas condiciones que incluyen la aprobación por parte de las autoridades nacionales en materia de salud.
Todos los Estados miembros participan en el programa de reparto de leche, que funciona desde 1977, y 25 (todos excepto Reino Unido, Finlandia y Suecia) en el de fruta. Casi 10 millones de niños de la Unión se beneficiaron del programa de reparto de fruta y en torno a 19 millones del de leche en 2013/ 2014.