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El índice de fecundidad en España es el segundo más bajo de Europa

Natalidad España

Crecimiento vegetativo e ISF en España

Con diferencias entre regiones que suponen hasta el doble de hijos por mujer

Ningún país de la UE-28 alcanza el índice de fecundidad de 2,1 hijos por mujer que garantiza el reemplazo generacional y la estabilidad de la población.

En este contexto, España ha pasado de ser una de las sociedades europeas con mayor nivel de fecundidad, a ser el país de la UE-28 con el segundo índice de fecundidad más bajo, solo por detrás de Malta.

Así, mientras que en 1975 las mujeres españolas tenían de media 2,8 hijos, en 2017 ha descendido hasta los 1,3. Efectivamente, entre 1975 y 1998 los indicadores de natalidad y fecundidad en España se desplomaron situándola dentro de las economías de fecundidad muy baja (“lowest-low fertility”). Si bien se recuperó en los años posteriores, el inicio de la crisis supuso un punto de inflexión en el crecimiento tras diez años consecutivos de aumento.

Entre 2000 y 2017, la tasa bruta de natalidad (nacimientos por cada 1.000 habitantes) cayó en 47 de las 52 provincias y el saldo vegetativo (diferencia entre nacimientos y defunciones) fue negativo en 42 regiones en 2018, casi el doble que a principios de siglo.

Un estudio conjunto entre la Fundación BBVA y el Ivie, deja claro que en el contexto de la UE-28, España, junto a Portugal e Irlanda, es la economía en la que el índice de fecundidad se ha reducido con mayor intensidad entre 1975 y 2017.

Por regiones, todas excepto Melilla registran descensos, aunque hay diferencias muy destacadas, pues mientras en Melilla se alcanzan los 2,4 hijos por mujer, en Orense, Tenerife o Las Palmas no llegan a 1.

Esta evolución de la natalidad determina la velocidad a la que envejece la población y afecta a su crecimiento vegetativo. En lo que va de siglo, el saldo vegetativo en España fue por primera vez negativo en 2015, encadenando en la actualidad dos años consecutivos de valores negativos. En 2018, en 42 provincias el número de defunciones supera al de nacimientos, casi el doble que en 2000. Zamora vuelve a posicionarse en 2018, por sexto año consecutivo, como la provincia con el crecimiento vegetativo negativo más elevado (11 personas menos por cada mil habitantes) y Almería como la provincia con el valor positivo más elevado (3 personas más por cada mil habitantes). Estas provincias cuentan con la tasa bruta de natalidad (TBN) más baja y más alta, respectivamente.

El nivel de natalidad tiene implicaciones económicas y sociales al afectar al crecimiento vegetativo de la población y, por tanto, a la velocidad de envejecimiento de la misma. El envejecimiento repercute por una parte, en el fenómeno de despoblación que vive España y, por otra en la sostenibilidad del Estado del bienestar, al aumentar el gasto en sanidad, dependencia y pensiones. En noviembre la Seguridad Social pagó 9.735.501 millones de euros en las pensiones de 9.784.262 personas.

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