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Una sentencia por abusos sexuales indigna a la sociedad

Sentencia manada

Parte de los hechos probados en el juicio

Cinco acusados de violación en grupo en los Sanfermines de 2016 han sido absueltos de ese delito por la falta de violencia durante el acto

La Audiencia de Navarra ha condenado a 9 años de prisión por un delito continuado de abuso sexual con prevalimiento a los cinco acusados por una violación grupal ocurrida en un portal de un edificio de Pamplona en los Sanfermines de 2016.

La sentencia, de 371 páginas y que puede ser recurrida ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Navarra, considera que al no haber violencia durante el acto aunque sí intimidación, no puede condenar a los acusados, conocidos como «La Manada», por el delito de violación.

La Fiscalía y la acusación particular pedían para José Ángel Prenda Martínez , de 26 años, Ángel Boza Florido (24 años), Antonio Manuel Guerrero Escudero (27 años), Alfonso Jesús Cabezuelo Entrena (27 años) y Jesús Escudero Domínguez (26 años), todos de Sevilla, penas de hasta 22 años, por el delito de agresión sexual (violación). Sin embargo, uno de los tres magistrados ha emitido un voto particular discrepante en el que aboga por su absolución.

La sentencia rebaja el delito penal solicitado al descartar el empleo por parte de los acusados de «violencia o intimidación que integran el concepto normativo de agresión» y sí ver el subtipo agravado en el delito de abuso sexual.

Además de «cumplir» nueve años de prisión, los condenados no podrán acercarse a la denunciante a una distancia inferior a los 500 metros ni comunicarse por cualquier medio con ella durante 15 años. Se les imponen cinco años de libertad vigilada que se ejecutará con posterioridad a la pena privativa de libertad. Y en el ámbito de responsabilidad civil deberán pagar 50.000 euros a la denunciante.

La sentencia detalla que, la víctima, tras entrar engañada por los cinco hombres en el portal y encontrarse en un lugar recóndito y angosto, con una sola salida, rodeada por cinco varones, de edades muy superiores y fuerte complexión, se sintió impresionada y sin capacidad de reacción. En ese momento notó como le desabrochaban la riñonera que la llevaba cruzada, como le quitaban el sujetador sin tirantes abriendo un clip y le desabrochaban el jersey que tenía atado a la cintura; experimentó una sensación de angustia, incrementada cuando uno de los procesados acercó la mandíbula de la denunciante para que le hiciera una felación y en esa situación, notó como otro de los procesados le cogía de la cadera y le bajaba los leggins y el tanga.

«La denunciante sintió un intenso agobio y desasosiego, que le produjo estupor y le hizo adoptar una actitud de sometimiento y pasividad, determinándole a hacer lo que los procesados le decían que hiciera, manteniendo la mayor parte del tiempo los ojos cerrados».

Los procesados aprovecharon esta situación para realizar con ella diversos actos de naturaleza sexual actuando de común acuerdo.

En concreto la víctima fue penetrada bucalmente por todos los procesados; vaginalmente por Alfonso Jesús Cabezuelo y José Ángel Prenda, éste último en dos ocasiones, al igual que Jesús Escudero Domínguez quien la penetró una tercera vez por vía anal, llegando a eyacular los dos últimos y sin que ninguno utilizara preservativo. Durante el tiempo que duró el «sometimiento» Antonio Manuel Guerrero grabó con su teléfono móvil seis vídeos con una duración total de 59 segundos y tomó dos fotos; Alfonso Jesús Cabezuelo Entrena, grabó del mismo modo un vídeo, con una duración de 39 segundos. Estos vídeos constituyen la principal prueba incriminatoria.

Al terminar, los procesados se marcharon pero antes de abandonar el portal, Antonio Manuel Guerrero Escudero hurtó el teléfono móvil a la víctima, le extrajo la tarjeta SIM y la de memoria y los tiró en la calle.

Tras conocerse la sentencia, miles de personas participaron en múltiples movilizaciones convocadas por colectivos feministas en toda España en señal de repulsa y condena a la sentencia citada contra los integrantes de «La Manada».

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, recordó que el Ejecutivo debe tener «máximo respeto» ante las decisiones de un juez pero añadió que «todos los poderes públicos» deberán ahora analizar lo sucedido «para evitar que conductas como esta se vuelvan a repetir».

El ministro de Justicia, Rafael Catalá, tras mostrar su «respeto» a la sentencia, emplazó a los grupos políticos a una reforma del Código Penal. Catalá insistió en la necesidad de «revisar la legislación si en algún caso se identifica que hay alguna duda en cuanto a la aplicación de los tipos penales».

Por su parte, el portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, dijo que «las sentencia de los tribunales hay que respetarlas aunque no te gusten», pero aclaró que «sería bueno» que ambas partes recurran para que se revise» el fallo.

El líder del PSOE, Pedro Sánchez, se preguntó «si lo que hizo La Manada no fue violencia grupal a una mujer indefensa ¿qué entendemos por violación?».

Y el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, calificó la condena a La Manada solo por abuso como «una pésima noticia», y dijo sentir «vergüenza y asco». Desde IU, Alberto Garzón señaló que «a todas luces» fue «una violación en grupo».

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