Una contrarreforma laboral y más impuestos acortarán la expansión
El IEE prevé un crecimiento de la economía española del 2,1% para el próximo año
El Banco de España rebaja otra décima el crecimiento español en 2018
Las medidas propuestas en los Presupuestos Generales del Estado del próximo año, que incluyen un incremento significativo del gasto público y de los impuestos directos, suponen un riesgo para el crecimiento de España a medio plazo si se aplican.
Es la afirmación más contundente del informe Una contrarreforma laboral y una subida de impuestos directos acortarían la expansión presentado por el presidente del IEE, José Luis Feito, que sostiene lo que ya han constatado todas las estadísticas, que este año España ha seguido creciendo de forma relativamente vigorosa en comparación con las grandes economías europeas, aunque a menor ritmo que el año pasado.
Esto ha sido y seguirá siendo así como consecuencia, en primer lugar, de las reformas estructurales acometidas en los últimos años. Entre ellas destacan la reforma laboral y la de las pensiones; y, en segundo lugar, por distintos factores externos -descenso de tipos y bajada del precio de las materias primas-, que están contribuyendo a impulsar el crecimiento de la economía (y de la demanda nacional).
Para 2019, los del IEE esperan que España crezca un 2,1%. El empleo lo hará un 1,9%, lo que dejará la tasa de desempleo media anual en el 14,2%. Por su parte, la inflación caerá siempre que el precio del petróleo se estabilice.
A pesar de que el crecimiento del próximo año seguirá siendo positivo puede verse afectado ¿Por qué? En el Instituto manejan dos variables dependiendo de cuándo se celebrarán las próximas elecciones generales. Pero «la posibilidad de que se reviertan las reformas de los últimos años, especialmente la laboral, puede afectar negativamente a las expectativas económicas y la inversión empresarial se vería perjudicada, reduciendo la capacidad de crecimiento de la economía española, con especial intensidad en el año 2020».
La deuda y el déficit son los puntos más débiles de la economía española. Por definición, unos niveles elevados de deuda y de déficit públicos indican que el gasto público actual es superior al que se puede garantizar con los actuales impuestos.
Advierten desde el IEE que es necesario no incrementar el gasto público -algo impensable a meses de elecciones locales y autonómicas- y acometer reformas que potencien la productividad de la economía.
En este sentido, las propuestas de aumento de gasto público, de subida de impuestos, así como la contrarreforma del mercado de trabajo, con medidas como el incremento del Salario Mínimo Interprofesional, dificultan la senda de consolidación necesaria de la economía española y, al mismo tiempo, perjudican el crecimiento potencial y a los colectivos de trabajadores más vulnerables.
Este incremento ralentizaría la creación de empleo a tiempo completo, fomentaría la contratación a tiempo parcial y la economía sumergida y elevaría el paro estructural de los jóvenes y de los que tienen un menor nivel de cualificación, señala el informe de Coyuntura Económica.
Por otro lado, sin reformas profundas en el sistema de pensiones español, no existe ninguna combinación de impuestos que consiga hacer frente al incremento del gasto público que se derivará del envejecimiento poblacional. Así, aumentará aún más el déficit del sistema de Seguridad Social.
En la propuesta de Presupuestos para 2019 se propone subir los principales tributos directos – el Impuesto sobre Sociedades (IS) y el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF)-, así como el destope de las cotizaciones sociales.
Todo lo contrario de lo que se necesita para reducir la elevada deuda externa neta. «Lo adecuado sería reducir la carga impositiva sobre sociedades, reducir las cotizaciones a la Seguridad Social y rebajar la tributación del ahorro. Para que la disminución de las cotizaciones sociales, y la de los impuestos sobre el ahorro, sean compatibles con la reducción del déficit y del endeudamiento públicos es necesario acompañarlas de una subida de algunos precios públicos, y de impuestos indirectos».
Claro que si en lugar de llevar a cabo políticas de ajuste que ayuden a reducir las todavía abultadas deuda pública y exterior de la economía española, se ponen en práctica políticas fiscales peores que las que se han aplicado en el pasado, la situación puede empeorar bruscamente a partir del año 2020.
Y si además de no realizar las reformas adicionales necesarias se acometen contrarreformas,la confianza de los agentes económicos se deteriorará. Y todo el mundo sabe que sin confianza bajan las expectativas de crecimiento revirtiendo todo en una situación económica complicada y preocupante.
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