Méndez se despide de la UGT pidiendo la derogación de la reforma laboral

Méndez se va… déixao ir
Y apoyando la violencia sindical que ejercen los «piquetes informativos»
El secretario general de UGT durante los últimos 22 años, Cándido Méndez, se despidió ayer de su cargo al comienzo del 42 Congreso Confederal del sindicato, que este viernes elegirá a su sucesor.
En su discurso de despedida, Méndez pidió la derogación de la reforma laboral y defendió la labor de los sindicalistas, incluso de aquellos que amparándose en los «piquetes informativos» impiden de forma violenta que los trabajadores que quieran trabajar puedan hacerlo. No sólo recordó a los denominados «8 de Airbus«, recientemente absueltos del delito de desorden público durante la huelga general de 2012, sino de otros 300 sindicalistas que, tras protagonizar episodios violentos en distintas huelgas, están a la espera de juicio.
«Hay que recuperar derechos perdidos, como el ejercicio del derecho de huelga. Aún quedan casi 300 personas perseguidas por el ejercicio de este derecho fundamental. Esto forma parte también de la regeneración democrática de nuestro país», dijo Méndez criticando el artículo 315.3 del Código Penal que el PSOE quiere derogar.
En clave de política nacional, el «jefe» sindical reclamó un Ejecutivo que cambie el rumbo y criticó las «actitudes autoritarias y conservadoras» del Gobierno del PP, al que acusó de traicionar su programa tras ganar las elecciones.
También reprochó al Gobierno, cuya ministra de Empleo, Fátima Báñez, asistía a su despedida de UGT, haber aprobado una reforma laboral que «ha devuelto las relaciones laborales a un sistema feudal». Por eso, dijo, «hay que derogarla, modificar el Estatuto de los Trabajadores y recuperar el derecho de huelga«.
Para Méndez, en España «hemos pasado un tiempo excesivamente largo en el que se ha pretendido anteponer la cantidad de empleo a la calidad, un error manifiesto». En su opinión, «los países con alta calidad laboral tienen una alta tasa de ocupación y una gran calidad de empleo y salarios».
Por lo que respecta a los casos de corrupción descubiertos en el Sindicato, Méndez aseguró que no ha habido «ilegalidades» ni «dolo», sino «irregularidades o falta de transparencia» y subrayó que en UGT «no hay ningún imputado». «Los que lo fueron, o dimitieron o fueron cesados de forma fulminante», puntualizó.
A pesar de todo, Cándido Méndez defendió el papel de UGT como «un actor necesario e imprescindible». Sobre la pérdida de afiliados sufrida por «su» organización durante los últimos 22 años, lo achacó a la destrucción de empleo durante la crisis, que, a pesar de todo, no ha impedido que «seguimos siendo, junto a CCOO, las dos organizaciones que acumulamos el 70% de los trabajadores en las empresas».
Para el futuro, Méndez considera que «es urgente un cambio de rumbo y una regeneración democrática. La época de las mayorías absolutas ya quedó atrás. La mayoría absoluta ya no existe, ha muerto. Viva el diálogo, el pacto y la transacción», terminó.