Los empresarios denigran el pacto Sánchez-proetarras
El pasado 11 de mayo Antonio Garamendi (CEOE) firmó el acuerdo para prorrogar los ERTE hasta el 30 de junio (Foto: Moncloa)
‘Tendrá unas consecuencias negativas incalculables en la economía española que impactarán de forma profundamente negativa en el empleo’
Las Patronales CEOE y Cepyme rechazan ‘con total rotundidad’ el acuerdo alcanzado entre la coalición PSOE y Unidas Podemos y EH Bildu para derogar la reforma laboral a cambio del apoyo de los proetarras a la última de las prórrogas del estado de alarma.
Dicen los empresarios que este pacto ‘supone un desprecio indignante al diálogo social, al que dinamita; al papel que la propia Constitución otorga a los agentes sociales y, en este sentido, a las propias instituciones del Estado en el momento más delicado de la economía española cuando el diálogo se hace más necesario’.
Las organizaciones empresariales dirigidas por Antonio Garamendi y Gerardo Cuerva, respectivamente, añaden que el pacto de los socialcomunistas con los proetarras ‘desoye también las recomendaciones emitidas este miércoles por la Comisión Europea, en las que plantea la necesidad de fundamentar la recuperación a medio plazo en medidas de apoyo al empleo tomadas de acuerdo con los interlocutores sociales, tales como la flexibilización de las condiciones laborales’.
‘El pacto alcanzado es de una irresponsabilidad mayúscula y tendrá unas consecuencias negativas incalculables en la economía española y en la confianza empresarial tanto nacional como internacional, que impactarán de forma profundamente negativa en el empleo’, avisan los empleadores, con los que el propio Ejecutivo y los sindicatos están negociando medidas de flexibilidad laboral para garantizar la subsistencia de miles de empresas y millones de empleos, en los sectores más castigados por el COVID-19. En este sentido, dicen, ‘es totalmente incoherente y contrario suscribir un acuerdo para dar un paso atrás e incrementar la rigidez en el mercado laboral’.
‘Se echarán por tierra todos los esfuerzos realizados para, a través de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), lograr hibernar las plantillas y salvaguardar millones de puestos de trabajo’, terminan.
