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Las víctimas piden conocer el protocolo para excarcelar etarras

Moncloa

Grande-Marlaska, ministro del Interior y responsable de la política penitenciaria (Foto: JM Cuadrado)

El Gobierno planea sacar de la cárcel a una docena de presos de ETA enfermos

COVITE espera que este protocolo se aplique antes a los presos comunes que a los presos etarras

El Colectivo de Víctimas del Terrorismo (COVITE) ha solicitado conocer cuál es el nuevo protocolo que el Ministerio del Interior ha puesto en marcha para permitir la excarcelación de reclusos «con enfermedades muy graves con pronóstico incurable».

En una carta al secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz, las víctimas han pedido también los datos de los presos de ETA a los que se les aplicará este protocolo, así como un diagnóstico detallado de la enfermedad que padecen. Quieren comprobar que sus dolencias se ajusta a dicho protocolo.

La presidenta de este colectivo, Consuelo Ordóñez, verificará que «los criterios con los que aplican el protocolo a los presos de ETA son los mismos que se emplean con los presos comunes».

Los damnificados por el terrorismo etarra advierten que, hasta ahora, todos los etarras que fueron excarcelados por «enfermedad muy grave con pronóstico incurable» superaron el tiempo de esperanza de vida que se les dio al salir de prisión. Por ello consideran que los presos de ETA enfermos han recibido hasta ahora un trato de favor, algo «inadmisible e indigno».

Entre los presos de ETA excarcelados por enfermedades terminales se encuentran Josu Retolaza, puesto en libertad el 14 de octubre de 1986, y que falleció a los siete meses, el 19 de mayo de 1987; Javier Gorostiza, excarcelado el 16 de julio de 1994, falleció a los once meses, el 17 de junio de 1995; Santiago Díaz Uriarte, liberado el 27 de octubre de 1995 falleció el 25 de marzo de 1997, al año y cinco meses de su puesta en libertad; Esteban Esteban Nieto, en libertad el 7 de abril de 1994, falleció el 26 de septiembre de 1999, a los cuatro años y cinco meses; Kepa Miner, en libertad el 2 de julio de 1999, murió a los cuatro años y nueve meses, el 26 de abril de 2004; Mikel Ibáñez, en libertad desde el 8 de agosto de 2008, murió el 7 de abril de 2011; Josu Uribetxeberria Bolinaga, en libertad desde el 16 de septiembre del 2012, feneció el 16 de enero de 2015; y, por último, el caso más alarmante de todos, el de Belén González Peñalva, excarcelada en 2009 que falleció el 16 de noviembre de 2017.

En esta lista no se han incluido los etarras que fueron puestos en libertad hace años por padecer una enfermedad terminal que todavía viven.

COVITE recuerda que la población reclusa actual en España es de más de 58.000 presos, de los cuales aproximadamente 225 son etarras.

Las víctimas no tienen nada en contra del nuevo protocolo pero exigen al Gobierno «que demuestre que no lo ha puesto en marcha para beneficiar exclusivamente a los presos de ETA». En este sentido, Consuelo Ordóñez dice que la única forma que tiene el Gobierno de probar que se ha puesto en vigor por razones de estricta humanidad es aplicándolo primero a los miles de presos comunes que puedan acogerse a él y que los etarras sean «los últimos en beneficiarse».

Aunque no fueron puestos en libertad, a mediados del pasado mes de diciembre Instituciones Penitenciarias trasladó a cuatro internos de ETA a las prisiones de León, Burgos y Asturias. La orden partió de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias y afectó a Olga Comes Arambillet, Jesús Guinea Sagasti, Aurken Sola Campillo e Iratxe Yáñez Ortiz de Barrón.

Olga Comes Arambillet cambió el Centro Penitenciario de León por el de Asturias. Ingresó en prisión el 4 de diciembre de 2012 y cumple una condena de 9 años, 1 mes y 15 días por depósito de armas y municiones en relación con banda armada. Cumplirá las tres cuartas partes de la condena en octubre de 2019.

Jesús Guinea Sagasti fue desde la cárcel de Almería a la prisión de León. Ingresó en prisión el 7 de abril de 2010 y cumple una condena de 12 años por depósito de armas y desórdenes públicos. Cumplirá las tres cuartas partes de la condena en abril de 2019.

Aurken Sola Campillo, de Algeciras a Burgos, ingresó en prisión el 1 de noviembre de 2008 y cumple una condena de 20 años por depósito de armas, tenencia  de explosivos y colaboración con banda armada. Cumplirá las tres cuartas partes de condena en octubre de 2023.

Iratxe Yáñez Ortiz de Barrón, que fue trasladado desde el Centro Penitenciario de Almería a la prisión de Asturias, ingresó en prisión el 28 de octubre de 2010 y cumple una condena de 20 años por depósito de armas y municiones, colaboración con banda armada y falsificación de documento oficial. Cumplirá las tres cuartas partes de la pena en enero de 2025.

Los cuatro admitieron, según fuentes de Interior, la legalidad penitenciaria vigente.

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