La tasa de ahorro de los hogares, en mínimos históricos
Los recursos propios de las empresas también se redujeron en 2018, después de varios años de aumentos
En 2018 la tasa de ahorro de los hogares continuó cayendo, hasta marcar un nuevo mínimo histórico.
Por primera vez desde 2012, el patrimonio financiero bruto de las familias se redujo.
Así, el año pasado la tasa de ahorro de los hogares se situó en mínimos históricos, y alcanzó el 4,9% de la renta bruta disponible (RBD) al cierre del ejercicio. Este nivel se encuentra 0,6 puntos porcentuales (pp) por debajo del registrado en 2017 y es también 1 pp inferior a la tasa de ahorro de 2007, cuando se marcó el mínimo de la anterior fase expansiva.
Las Cuentas Financieras de la Economía Española (CFEE) revelan que estos desarrollos fueron, no obstante, compatibles con una nueva reducción de la deuda bancaria de las familias (hasta el 59% del PIB, 26 pp por debajo del valor máximo de 2010).
Al mismo tiempo, continúa la tendencia ascendente en la adquisición neta de activos financieros por parte de los hogares, cuyo nivel se situó en 2018 en el 2,3% de su RBD, 0,3 pp más que el año anterior. La mayor parte de estas inversiones se materializaron en forma de depósitos bancarios (4,4 % de la RBD), que experimentaron un notable incremento respecto a 2017.
En cambio, las adquisiciones netas de fondos de inversión (1,2 % de la RBD) disminuyeron de forma significativa en relación a 2017 y registraron su nivel más reducido desde 2012. Como en años anteriores, los hogares registraron ventas netas de valores mobiliarios, especialmente de acciones y otras participaciones (3,2% de su RBD), pero también de valores de renta fija (0,7 % de su RBD), y redujeron sus fondos materializados en efectivo (1,1 % de su RBD).
Por lo que respecta a las empresas, sus recursos propios también se redujeron en 2018, después de varios años de aumentos. Como en el caso de los hogares, este cambio de tendencia vino determinado, principalmente, por el deterioro del comportamiento de los mercados financieros globales, que impactó en el precio de los activos en los últimos meses del ejercicio.
A pesar de que el flujo del total de la financiación ajena captada en términos consolidados fue positivo durante 2018, su ratio de endeudamiento cayó hasta el 75% del PIB a finales del ejercicio (43 pp por debajo del nivel máximo de 2010).
El valor de mercado de las acciones y participaciones de las empresas descendió un 4,1% en 2018. Esta caída, la primera que se observa desde 2008, fue consecuencia, especialmente, de la depreciación de estos pasivos, derivada, en gran medida, del descenso de los índices bursátiles que tuvo lugar a finales de 2018 (este descenso, no obstante, se ha revertido en los primeros meses de 2019).