La reforma de las pensiones es una ruina

El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá (Foto: Moncloa)
El RDL fue aprobado por el Consejo de Ministros el día 16, se publicó en el BOE al día siguiente y su convalidación se votará en el Congreso este 30 de marzo
En su conjunto, la reforma de las pensiones que se aprueba esta semana en el Congreso aumentará mucho más el gasto en pensiones que los ingresos por cotizaciones, condenando al sistema público de pensiones a un déficit básico (antes de transferencias del Estado) importante y rápidamente creciente (al menos de 2030 en adelante, pero posiblemente desde antes) que habrá que cubrir con ingresos generales.
Según un estudio de Ángel de la Fuente para FEDEA, la reforma incrementará muy notablemente el gasto esperado, pero sólo aumentará modestamente los ingresos del sistema, con lo que el déficit básico de la Seguridad Social aumentará muy significativamente en las próximas décadas, hasta acercarse a los 5 puntos de PIB en torno a 2050. El gasto observado (o presupuestado) hasta 2023, por otra parte, muestra ya una desviación significativa con respecto a las proyecciones del último Informe de Envejecimiento que no se debe sólo a la caída del PIB con la crisis del Covid y podría, por tanto, no tener un carácter meramente transitorio.
Ante las evidencias el autor considera que no sería mala idea tramitar el texto como proyecto de ley y aprovechar la ocasión ‘para darle otra pensada y buscar un consenso más amplio’. Puede leer aquí la nota de Ángel de la Fuente sobre la reforma de las pensiones.
Los últimos datos facilitados por el Ministerio de Seguridad Social indican que el gasto en pensiones contributivas ha sido del 11,7% del Producto Interior Bruto (PIB) en los últimos 12 meses, hasta marzo, mes es que para pagar las 10.019.006 pensiones contributivas a más de 9 millones de pensionistas se han necesitado 11.945 millones de euros.
El gabinete de José Luis Escrivá explica que tres cuartas partes (3/4) del dinero gastado fue destinado a pensiones de jubilación, en concreto, el 72,8% (8.696 millones de euros); las pensiones de viudedad costaron 1.996 millones de euros, mientras que la nómina de las prestaciones por incapacidad permanente asciende a 1.058 millones, la de orfandad, a 162 millones de euros y las prestaciones en favor de familiares 31,3 millones.
Este mismo míercoles a través de las redes sociales José Luis Escrivá ha informado de que actualmente ‘hay 2,2 afiliados por pensionista y un déficit de la Seguridad Social de 0,5% puntos del PIB’.
Conta la reforma de las pensiones se han manifestado multitud de organismos y centros de estudios independientes. Uno de ellos es la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), anteriormente dirigido por el propio Escrivá, que en un informe reciente ha asumido que la reforma de la pensiones supondrá un incremento del gasto ‘inasumible’ por el Sistema.
La AIReF sostiene que, en un escenario como el actual, el gasto en pensiones se acelerará especialmente a partir de 2035, con un máximo del 16,3% del PIB en 2049. Así, ese año el gasto en pensiones alcanzará un máximo del 14,8% del PIB para las pensiones del sistema de Seguridad Social y del 16,3% incluyendo pensiones no contributivas y de clases pasivas.
Estas proyecciones, que actualizan las últimas publicadas por el propio organismo en 2020, incluyen el impacto de las reformas aprobadas entre 2021 y 2023, que suponen un incremento del déficit de 1,1 puntos de PIB en 2050 y de un punto en 2070.