La inflación se catapulta hasta el 10,2 por ciento en junio
Es la tasa más elevada en 37 años
Los precios en España están fuera de control. Al menos fuera del control del Gobierno, que no consigue bajarlos. Ya lo advirtieron los analistas económicos hace tres meses: ‘la inflación podría alcanzar los dos dígitos‘.
Y eso es exactamente lo que ha pasado en junio. La inflación ha escalado al 10,2%, según el indicador adelantado publicado este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE), ese que el Gobierno de Pedro Sánchez controlará a partir de ahora tras la dimisión de su presidente y la reforma incluida de tapadillo en la Ley General de Comunicación Audiovisual.
El INE achaca esta nueva subida de los precios al alza de los carburantes y de los alimentos y las bebidas no alcohólicas, que están registrando subidas de más del 60% en algunos casos.
En caso de confirmarse el dato adelantado hoy, el IPC se situaría en su nivel más alto en 37 años, desde abril de 1985, tras haber pegado un salto de un punto y medio en su tasa anual, ya que en el mes de mayo la variación fue del 8,7%.
La subida de los precios no acaba aquí. A sólo unos días del comienzo de las vacaciones de verano y cuando muchos españoles, no todos, se disponen a pasar unos días ‘fuera’, los precios volverán a subir, como es normal, ante el aumento de la demanda. Una demanda, la interna, que ya ha dado muestras de estar enfriándose provocando la ralentización de la economía española en el primer trimestre del año. Y que parece confirmar el hecho de que el Índice General del Comercio Minorista a precios constantes entre los meses de mayo y abril, eliminando los efectos estacionales y de calendario, fue del 0,0%, tasa 5,4 puntos inferior a la del mes anterior.
En la estadística sobre el IPC ofrecida este miércoles por el INE hay otro dato que los expertos consideran aún más preocupante que el hecho de que los carburantes estén por encima de los dos euros por litro o de que un kilo de cerezas esté a 8 euros o más. Se trata de la tasa anual de la inflación subyacente, la que refleja el comportamiento de los precios sin tener en cuenta carburantes y alimentos, que también aumenta seis décimas, hasta el 5,5%. En este caso sería la más alta desde agosto de 1993.