La Eurocámara incluye la nuclear y el gas entre las energías verdes

Central nuclear de Barakah, en Emiratos Árabes Unidos. (Imagen: ENEC)
Como ha propuesto la Comisión Europea, que considera que esto permitirá llevar a cabo una transición ecológica menos cara para los ciudadanos europeos, que están soportando los precios de la luz más altos de la historia
Finalmente, el Parlamento Europeo ha incluido el gas y la energía nuclear como inversiones ambientalmente sostenibles de la Unión Europea.
La Comisión Europea propuso a primeros de este año incluir ambas energías en la denominada ‘taxonomía’ europea. La medida no cuenta con el respaldo de algunos miembros de la Unión, como España, cuyo Gobierno insiste en clausurar las centrales nucleares que aún producen electricidad en territorio nacional a pesar de que los españoles están pagando los precios más altos de la historia por la energía.
La Comisión considera que la inversión privada en gas y energía nuclear tiene su papel en la transición ecológica, por lo que ha propuesto que determinadas actividades relacionadas con el gas fósil y la energía nuclear se consideren actividades de transición que contribuyen a mitigar el cambio climático. La inclusión de tales actividades está limitada en el tiempo y ha de cumplir unos requisitos específicos en condiciones de transparencia.
En la votación celebrada este miércoles en Bruselas, 328 eurodiputados han votado a favor de calificar como ‘verdes’ la energía nuclear y el gas para que ayuden a realizar una transición energética menos cara para los ciudadanos europeos. Mientras, 278 eurodiputados han votado en contra de otorgar la etiqueta sostenible para el gas y la energía nuclear. 33 se han abstenido. Era necesaria una mayoría absoluta de 353 diputados para vetar la propuesta de la Comisión.
Si el 11 de julio tampoco el Consejo formula objeción a la propuesta, el acto delegado sobre taxonomía, que puede leer aquí en inglés, entrará en vigor, y será de aplicación a partir del 1 de enero de 2023.
La taxonomía de la UE pretende crear seguridad para los inversores, proteger a los inversores privados, ayudar a las empresas a ser más respetuosas con el clima, mitigar la fragmentación del mercado y ayudar a trasladar las inversiones a donde más se necesitan.
En España la producción neta de electricidad fue en 2021 de 259.849 GWh, un 3,5% superior a la del año anterior. Por tecnologías, eólica y nuclear fueron las que más aportaron, ambas por encima del 20%. Les siguieron los ciclos combinados (17%), hidráulica (11%), cogeneración (10%) y fotovoltaica (8%). Comparativamente con el anterior ejercicio, las que más crecieron fueron la fotovoltaica (37%) y la eólica (10%); la primera, fruto principalmente del incremento de su potencia instalada (+29%) y la segunda por su variabilidad dependiente de la meteorología, ya que su potencia apenas ha crecido (+2,5%). De toda la producción eléctrica libre de emisiones (el 67,5% en 2021) en España, casi una tercera parte correspondió a la energía nuclear.
La dependencia energética exterior sigue siendo un aspecto negativo de la realidad económica española. El saldo de la balanza energética supuso para España un déficit de 27.852 millones de euros en 2021, equivalente al 2,3% del Producto Interior Bruto (PIB). En términos relativos España depende en un 68% de otros países, según datos de Eurostat de 2020. La media para la UE-28 era del 57,5% y, entre los países del entorno, sólo Bélgica, Irlanda, Países Bajos e Italia presentaban una dependencia en términos relativos superior a la de España.
La dependencia energética de España seguirá superando el 60% en 2030