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La compra de test inservibles evidencia el descontrol gubernamental

Embajada China España

La embajada de China pone en evidencia al Gobierno de España

Sanidad compra a una empresa china sin licencia los test rápidos necesarios para detectar el contagio

España registra 4.089 fallecidos y 56.188 infectados por coronavirus covid-19

Los primeros test de detención rápida que el Gobierno de España ha comprado en China son inservibles.

La alarma saltó cuando la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid donde fueron entregados los primeros dispositivos se dio cuenta de que no eran todo lo fiables que se precisa.

Independientemente de las causas o razones esgrimidas esta mañana por el director del centro de Alertas y Emergencias sanitarias, Fernando Simón, quien ha reconocido que un lote de 9.000 de estas pruebas adquirido por el Ministerio de Sanidad no «tenían las características esperadas», lo cierto es que la actuación del departamento dirigido por Salvador Illa en la lucha contra la expansión del SARS-CoV-2 chino empieza a encadenar error tras error y ha situado a España en el primer lugar del mundo en personal sanitario infectado por la falta del material de protección adecuado.

Tras descubrirse el fiasco, el Gobierno ha emitido un comunicado en el que asegura que no adquirió estos test a China, sino a un proveedor nacional que los importaba de allí y cuyo producto cuenta con el marcado CE.

Esta operación, que no está relacionada con la compra de material sanitario anunciada ayer por el ministro Salvador Illa -España ha cerrado con el país asiático una compra de material por valor de 432 millones de euros que incluye más de 550 millones de mascarillas, 5,5 millones de tests rápidos, 950 de respiradores y 11 millones de guantes- se ha hecho, según la máxima autoridad sanitaria española, siguiendo la normativa de la UE. En este sentido, Illa ha mantenido que si un producto cuenta con la homologación europea, se puede comercializar y comprar en todo el espacio comunitario.

Sin embargo, la embajada de China en España ha contradicho lo mantenido por el Gobierno de España. A través de las redes sociales ha afirmado que la empresa a la que se compró el material defectuoso, Shenzhen Bioeasy Biotechnology, no está dentro de la lista de proveedores cualificados que el Ministerio de Comercio de China ofreció a España en su día. Algo similar ha ocurrido con la lista de ‘hoteles retén’ obligados a abrir para dar servicio a los profesionales de los sectores esenciales.

El Ejecutivo español ha contestado que la compra de estos test inservibles se inició hace varias semanas y antes de que las autoridades chinas le facilitaran nuevos listados de sus proveedores. Pero el retraso, otro más, en la disposición del material necesario para salvar la vida a miles de españoles –este jueves se contabilizan 4.089 fallecidos (un 19% más que ayer) y 56.188 infectados por coronavirus covid-19 (+18%)– deja en evidencia el acierto del Gobierno ante la crisis sanitaria. Máxime cuando, como se ha señalado antes, España es el país del mundo con más bajas entre el personal sanitario, la primera línea de contención del covid-19.

Y sobre todo cuando, como ha recordado hoy el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, al coronavirus «le tomó tres meses para alcanzar los primeros 100.000 casos confirmados en todo el mundo; los siguientes 100.000 ocurrieron en sólo 12 días; para los terceros tomó cuatro días y para los cuartos 100.000 infectados, sólo uno y medio». Esta progresión han obligado al portugués a destacar que «este es un crecimiento exponencial y sólo la punta del iceberg».

A pesar de este y otros muchos errores Sánchez defiende su gestión frente a la peste china poniendo como ejemplo los errores cometidos por sus homólogos italiano, francés y británico.

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