Guardias Civiles solicitan al Gobierno que sancione a Tejero

Antonio Tejero Molina el 23-F en el Congreso
Por el almuerzo no autorizado que mantuvo en días pasados en su acuartelamiento de Valdemoro con varios implicados en el intento de Golpe de Estado del 23-F
El ministro del Interior «sólo» cesó al teniente coronel Tejero como jefe del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) nº 1 de Valdemoro
La Unión de Guardias Civiles (UniónGC) ha criticado hoy al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, por no sancionar al teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero Díez, hijo del golpista teniente coronel Antonio Tejero Molina, después de «conmemorar» el 23-F con una comida en su acuartelamiento de Valdemoro (Madrid) a la que asistieron varios de los implicados en el intento de Golpe de Estado del 23-F.
Según UniónGC, un cese del destino sin sanción -medida adoptada por Fernández Díaz con Tejero Díez-, «es vergonzoso». Los agentes críticos con la actuación de Interior afirman que, a diferencia de lo que defiende el ministro, «en Valdemoro se reunieron personas condenadas -y algunos expulsados del Cuerpo- para celebrar una intentona golpista, lo que supone un grave crimen contra la democracia cometido por personas que intentaron devolvernos a la dictadura«.
La segunda fuerza asociativa en la Guardia Civil, considera que «el ministro no puede pasar de puntillas sobre este hecho», ya que Tejero Díez usó para «su» comida, a agentes que «dejaron de hacer sus misiones policiales para dedicarse, por imposición, a hacer una paella y servirla«.
«Lo acontecido en Valdemoro, por orden de Tejero, es un insulto a la democracia, es una humillación para la Constitución, bochornoso para la Guardia Civil, y una vergüenza para todo aquel ciudadano que confía día a día en los guardias civiles», aseguran desde la UniónGC, que añde que «no sancionar a este Teniente Coronel es inmoral e indecente«.
Desde la Unión de Guardias Civiles recuerdan que teniente coronel Antonio Tejero Díez «es uno de los mandos más déspotas de la Guardia Civil, como lo prueba que su unidad, que debería tener 300 agentes, tiene 70 vacantes cuando el resto de GRS de España están con sus plazas prácticamente cubiertas. Nadie quiere estar en esta Unidad».
Los agentes asociados aprovechan para resaltar que la condición de militar de la Guardia Civil impidió a los agentes negarse a «colaborar» en la comida organizada por Tejero. «Ningún guardia civil, en su sano juicio, pondrá obstáculo alguno a cumplir órdenes tan descabelladas como esta porque hacerlo significa ser cesado, gravemente sancionado o, incluso, acabar en prisiones militares», dicen desde la asociación, donde añaden que «en otro cuerpo policial se habrían negado e, inmediatamente, lo habrían puesto en conocimiento de sus superiores».