El TS avala publicar fotos de manifestantes para lograr su detención

Identificar a los violentos es el objetivo
Un sospechoso de participar en desórdenes públicos demandó a los Mossos por difundir su fotografía entre los ciudadanos para lograr identificarlo
Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado pueden publicar y difundir fotografías de sospechosos para identificarlos.
Así se desprende de una sentencia dictada por la Sala Primera del Tribunal Supremo, que ha desestimado el recurso presentado contra una sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona que exculpó al Departamento de Interior de la Generalitat de Cataluña de vulnerar los derechos al honor, a la intimidad y a la propia imagen de un manifestante que participó en marzo de 2012 en unos tumultos en Barcelona.
A raíz de los hechos el director general de la Policía autorizó a publicar en la web de los Mossos d’Esquadra, por un tiempo limitado y bajo una serie de garantías, las fotografías de varias personas que habían participado en los hechos vandálicos.
Las fotografías habían sido captadas por las cámaras de la Policía y su publicación en la web policial estaba destinada a solicitar la colaboración ciudadana para identificar a los autores de los disturbios. Fruto de la colaboración fue identificado e investigado.
La sentencia del Tribunal Supremo considera que existía un motivo legal para difundir las fotografías de los presuntos autores de los actos vandálicos. Además, señala que se hizo bajo control judicial, ya que las fotografías fueron incorporadas al atestado elaborado por los Mossos y que fue remitido al Juzgado de Instrucción.
En tercer lugar, el Tribunal Supremo rechaza que la publicación de las fotografías en la web fuera una medida desproporcionada, y explica que el requisito de la proporcionalidad se cumple porque los hechos fueron graves, en ellos intervinieron un elevado número de personas, provocaron una considerable alarma social, las fotografías se difundieron en la web solo tras semanas de investigación sin resultados, y la identificación de los autores de los actos vandálicos era difícil porque, en su mayoría, cubrían sus rostros para evitar precisamente ser identificados.