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El fraude fiscal se reduciría a la mitad en España con 26.718 funcionarios más

Gestha

España no está a la altura de la UE en esta materia

Los Inspectores de Hacienda del Estado califican esta propuesta de los Técnicos, a los que acusan de sembrar confusión en la opinión pública, de imposible

Los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) calculan que la Agencia Tributaria estatal (AEAT) y la Intervención General del Estado (IGAE) necesitarían 26.718 nuevos funcionarios para reducir a la mitad el tamaño de la economía sumergida en nuestro país, que actualmente equivale al 24,6% del PIB, unos 253.000 millones de euros.

Gestha señala que esta es una de las grandes carencias de nuestro sistema tributario si lo comparamos con la media de los países de la Unión Europea, donde existe un trabajador de Hacienda por cada 970 contribuyentes, mientras que en España hay uno por cada 1.958 contribuyentes, muy lejos de los países más avanzados, como Luxemburgo (un empleado por cada 574 contribuyentes), Alemania (740), Reino Unido (929) y Francia (942), que tiene tasas de economía sumergida entre el 10% y 15% del PIB.

Ahora bien, consciente de las limitaciones de los Presupuestos Generales del Estado y de la necesidad de cumplir con el déficit público, Gestha pide que el Gobierno vuelva a dotar a la AEAT con el mismo número de funcionarios que había en 2010, justo el año que se iniciaron los recortes para normalizar el déficit público, e incremente la plantilla en 1.687 personas. Algo que no coincide con los planes del Gobierno para 2015.

Además, los técnicos consideran imprescindible una reestructuración profunda de la Agencia Tributaria y del Ministerio de Hacienda para  controlar la eficacia del gasto público delimitando claramente las funciones y competencias de los funcionarios. Sólo así -dicen- podrían reclamarse responsabilidades administrativas por el despilfarro en la construcción de grandes obras infrautilizadas, por ejemplo.

Claro que esta es la teoría de los Técnicos de Hacienda y no la del cuerpo de Inspectores de Hacienda del Estado (IHE), que califican de imposible esta propuesta. Aunque los inspectores reconocen que España tiene un grave problema de fraude fiscal y de economía sumergida y que la Agencia Tributaria necesita incrmentar el número de efectivos contra la lucha contra el fraude, acusan a los técnicos de tener motivos «oscuros» para hacer estas propuestas.

Y también de extender entre la opinión pública la falsa idea de que el 80% de los Inspectores de Hacienda se dedican a la investigación del pequeño contribuyente, y que el restante 20% lo hace en la comprobación de las grandes fortunas, multinacionales y grandes grupos empresariales que, según se afirman, representan el 72% de la evasión.

«La realidad es que la mayoría de los equipos de inspección alternan inspecciones a empresas grandes y a otras pequeñas, por lo que no se puede afirmar que el 80% de los inspectores se dediquen a pequeñas empresas. Por otra parte, el problema de las empresas más grandes es de elusión más que de evasión, ligado a la existencia de resquicios (loopholes) en las normas internacionales, por lo que el dígito del 72% de fraude en estas empresas no parece razonable. Inspectores de Hacienda del Estado considera necesario potenciar el control tributario sobre grandes empresas, pero también sobre el resto de colectivos que actualmente defraudan», aseguran los inspectores, que piden a los que lanzan estos «bulos» sobre su trabajo que aporten los estudios en los que se basan para poder contrastarlos.

Y aquí viene el motivo «oscuro» de los funcionarios de la AEAT. Según los inspectores de Hacienda, lo que realmente quieren los técnicos de Hacienda es «conseguir mejoras económicas en su colectivo intentando que todos los técnicos se conviertan en inspectores de Hacienda sin superar la correspondiente oposición».

«Este -aseguran- es el motivo de que se hagan pasar en los medios de comunicación por inspectores de Hacienda, propiciando continuamente confusiones y malentendidos entre la opinión pública».

En este sentido, recuerdan que la plantilla de la Agencia Tributaria a finales de 2013 era de 26.231 empleados, de los que 2.398 eran funcionarios del grupo A1 (Inspectores y otros cuerpos), y 7.777 del grupo A2 (Técnicos y otros cuerpos). «Con la propuesta del sindicato de funcionarios de la AEAT habría alrededor de 30.000 inspectores y 7.000 técnicos, por lo que, en términos militares, tendríamos un ejército en el que la mayor parte de sus efectivos son generales, sin apenas soldados», argumentan los A1 de la Agencia .

Los «opositores» aceptan que hacen falta más efectivos y que se debería incrementar la plantilla de la Agencia en miles de funcionarios, pero «sin ensayar fórmulas milagrosas, ya que la necesaria especialización y profesionalización tiene que pasar por las respectivas oposiciones y cursos posteriores de formación, de cuatro meses para el grupo técnico y de un año para los Inspectores. Porque la experiencia indica que no resulta posible efectuar convocatorias anuales superiores a 100 Inspectores y a 500 Técnicos porque la logística no permite impartir dichos cursos con la profundidad necesaria».

Y un último apunte. Los inspectores recuerdan que en la lucha contra el fraude es prioritario, en primer lugar, dotar a los equipos de inspección del personal administrativo necesario y evitarles tareas administrativas.

En este sentido, consideran adecuadas las convocatorias que se efectuaron en los años 2007 y 2008, de 500 técnicos cada año, o la de 490 que se han convocado en 2014. Y proponen que se hagan fijos a los 1.000 empleados que se contratan cada año para la campaña de renta. Pero, desde luego, nunca permitir que pasen a ser inspectores aquellos funcionarios que no aprueben la oportuna oposición.

La OCDE reduce el fraude fiscal provocado por la economía sumergida en España al 18,6% del PIB.

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