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Dos crisis en poco más de una década sitúa a los jóvenes al límite

FEDEA Paro juvenil España 1983-2020

Amplíe la imagen para ver las tasas de desempleo por grupo de edad, 1983-2020, ofrecidas por FEDEA

La tasa de paro juvenil en España es la más alta de las economías desarrolladas de la OCDE

Los datos de mediados de febrero indicaban que el paro juvenil en España ha comenzado el año 2021 con una tasa del 40,7%, la más alta de las economías desarrolladas de la OCDE y 4 veces mayor que la de México o Corea del Sur.

En general, España soporta la segunda mayor tasa de paro entre los 27 países miembros de la Unión Europea a tan solo 5 décimas de Grecia, país miembro que, normalmente, lidera este ranking.

Pero volviendo a los más jóvenes, los datos procedentes de la Encuesta de Población Activa (EPA) y la Muestra Continua de Vidas Laborales (MVCL) muestran que su tasa de paro al principio de la actual pandemia duplican las existentes al principio de la recesión de 2008-2013. Y eso es el segundo país europeo con la menor tasa de empleos vacantes es un problema gordo.

Sin embargo, el hecho más destacable de un estudio realizado por FEDEA es la senda negativa de los ingresos salariales de este colectivo. En 2019, la mediana del salario mensual real de los jóvenes entre 18 y 35 años era menor que en 1980, con caídas que van desde el 26% para aquellos con edades entre 30 y 34 años hasta el 50% para los de 18 a 20 años.

Estas caídas se deben principalmente a una reducción muy acusada de la duración de sus empleos y a un aumento del peso del empleo a tiempo parcial. El impacto conjunto supone caídas de la media de los días de trabajo equivalentes a tiempo completo del 73% al 22%, respectivamente, debido a la caída de la duración de los contratos y de la jornada laboral.

Más concretamente y comparando a dos individuos que se gradúan con diez años de diferencia en la misma provincia y con la misma tasa de paro provincial, el salario diario medio y el número de días trabajados durante el primer año serían respectivamente un 7% y un 9,3% más bajos para la persona que entra más tarde.  Por tanto, al considerar un período de tiempo suficientemente largo, pesa más el año de entrada al mercado de trabajo que la tasa de paro en el momento de la graduación.

A modo de ejemplo, las cifras implican que el universitario medio graduado en 2013 en la provincia con la menor tasa de paro en 2007 (Guipúzcoa) obtendría dos años más tarde una renta mensual un 13,5% más baja que la de alguien que hubiera entrado en 2007, mientras que la pérdida correspondiente a la provincia con la mayor tasa de desempleo (Jaén) hubiera sido cercana al 40%.

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