César Alierta deja la presidencia de Telefónica

Alierta seguirá presente en el Consejo de Administración
Tras casi 16 años en el cargo propondrá al Consejo el nombramiento de José María Álvarez-Pallete
El Consejo de Administración de Telefónica estudiará, en su próxima reunión del 8 de abril, el nombramiento de José María Álvarez- Pallete como nuevo presidente ejecutivo de la Compañía.
La propuesta, comunicada ya a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), parte del actual presidente, César Alierta, quien, a punto de cumplir 16 años en el cargo, considera a Álvarez-Pallete como el directivo más preparado para afrontar con éxito los retos que impone la revolución digital.
Alierta seguirá formando parte del Consejo de Administración de Telefónica y centrará su trabajo en temas sociales y de progreso como la Educación Digital y la Presidencia Ejecutiva de Fundación Telefónica.
Bajo la presidencia de César Alierta, Telefónica ha pasado de ser un actor destacado en el sector de las telecomunicaciones en España y Latinoamérica, a convertirse en un líder en los principales mercados que han supuesto su apuesta estratégica; Brasil, Alemania, España e Hispanoamérica.
Durante su mandato, Alierta ha situado a Telefónica a la vanguardia de las telecomunicaciones mundiales, adelantándose a la competencia en la toma de decisiones estratégicas que convirtió en tendencia, como la amortización de las licencias UMTS o la creación de Telefónica Digital.
En la actualidad -Alierta sustituyó a Juan Villalonga en el año 2000- Telefónica está presente en más de 20 países y el 74% de sus ingresos proceden de fuera de España. Sus clientes han pasado de 68 millones a más de 320 millones, lo que convierten a la «española» en la sexta operadora mundial de telecomunicaciones.
Hace algo más de tres años, en 2012, César Alierta designó a José María Álvarez- Pallete como consejero-delegado, iniciando así un proceso que concluirá el próximo 8 de abril con su nombramiento como presidente ejecutivo.
José María Álvarez-Pallete nació en Madrid en 1963 y es licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad Libre de Bruselas. “International Management Program” por IPADE y Diploma de Estudios Avanzados por la Universidad Complutense de Madrid.
Con tan sólo 35 años, Álvarez Pallete se incorporó a Telefónica como director general de Finanzas de Telefónica Internacional. Fue en febrero de 1999 y procedía de CEMEX. Meses más tarde pasó a ocupar la Dirección General de Finanzas Corporativas.
Con la llegada de Alierta a la presidencia en el año 2000, fue confirmado en su puesto y, posteriormente, en el 2002 designado presidente de Telefónica Internacional y luego presidente de Telefónica Latinoamérica, cargo que ocupó hasta su nombramiento como presidente ejecutivo de Telefónica Europa en 2011. Un año después accede al cargo de consejero delegado, habiendo sido miembro de Consejo de Administración desde julio de 2006.
Con estas credenciales y tras asumir a nivel global el día a día de las operaciones desde su posición como Consejero Delegado de la Compañía, Alierta ha considerado a Álvarez-Pallete como el directivo mejor preparado para favorecer el relevo y posicionar una vez más a Telefónica en la vanguardia, esta vez del sector digital.
Según los analistas de Bankinter, Pallete deberá hacer frente a dos importantes retos. Por un lado, la venta de O2 que está siendo analizada por la Comisión Europea, cuya decisión se espera para el día 19 de mayo. Esta operación, por la que recibiría unos 14.000 millones de euros, es clave para Telefónica puesto que de ella dependen cumplir con el dividendo por acción (DPA 2016) de 0,75 euros en efectivo; y reducir deuda y así eludir el riesgo de bajada de rating (actualmente Baa2/BBB/BBB+).
El ratio deuda financiera neta sobre OIBDA de la Compañía aumentó de manera significativa en 2015 (hasta 4,8x desde 3,7x), por lo que el cierre de la venta de O2 se torna incluso más necesaria para reducir este ratio hasta el entorno de 3x. Por otro lado, el nuevo presidente deberá enfrentarse al debilitamiento de Latam, especialmente de Brasil, puesto que el 52% de los ingresos de la empresa proceden de esta región (de estos 52 p.p., 22 p.p. proceden de Brasil).