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Las divergencias laborales aumentan en Europa por la crisis

Mapa de la Unión Europea

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La tasa media de desempleo de la UE ha aumentado hasta casi un 11%

Durante la última década se ha reducido en la zona euro el número de trabajadores asalariados

Tras cinco años de crisis económica en Europa el desempleo ha alcanzado cotas que no se registraban desde hacía casi veinte años, los ingresos de las familias han disminuido y ha aumentado el riesgo de pobreza o exclusión, especialmente en la Europa Meridional y Oriental. Son las conclusiones del Estudio de la evolución del empleo y de la situación social en Europa de 2012.

Según el estudio, se perfila en el horizonte una nueva fractura entre los países que parecen estar atrapados en una espiral de caída de la producción, rápido aumento del desempleo y bajada de los ingresos y aquellos que por ahora han resistido bien o al menos en cierta medida. Estos últimos suelen tener un mercado de trabajo más eficaz y sistemas de protección social más sólidos.

«2012 ha sido otro año muy malo para Europa en cuanto a desempleo y deterioro de la situación social», asegura László Andor, comisario Europeo de Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión. «Pero nuestro análisis muestra hasta qué punto las reformas del mercado de trabajo y las mejoras de los sistemas de protección social pueden aumentar la resistencia de los Estados miembros a las perturbaciones económicas y facilitar una salida más rápida de la crisis. Además, no es probable que Europa logre grandes mejoras socioeconómicas en 2013 si no se consiguen también mayores avances para encontrar una solución creíble a la crisis del euro y obtener recursos para  lograr empleo e inclusión social, y hacer trabajar las finanzas en favor de la economía real», advierte Andor.

Creciente divergencia en la zona del euro

La tasa media de desempleo de la UE ha aumentado hasta casi un 11%. El informe confirma un nuevo tipo de divergencia, que se hace más patente entre el norte y el sur de la zona del euro. La diferencia entre las tasas de empleo de estas dos zonas era de 3,5 puntos en 2000 y se redujo a cero en 2007, pero aumentó rápidamente hasta 7,5 puntos en 2011. Fuera de la zona del euro, la divergencia aumenta también, pero es mucho menos significativa. El análisis muestra también que en los Estados miembros en lo que se habían acometido reformas sustanciales para dinamizar sus mercados de trabajo, los desempleados conservan muchas más posibilidades de encontrar un nuevo empleo, incluso durante los años de crisis.

Disminución de los ingresos de las familias y riesgo de exclusión a largo plazo

El riesgo de pobreza y las posibilidades de evitarla varían considerablemente entre los Estados miembros. Algunos grupos de población se ven más afectados: los adultos jóvenes, las mujeres desempleadas y las madres solas figuran entre los que corren más riesgo de pobreza persistente. La ausencia de una recuperación palpable ha hecho mella en los ingresos de las familias en la mayoría de los Estados miembros y ha aumentado el riesgo de exclusión a largo plazo.

Así, la renta bruta real disponible disminuyó entre 2009 y 2011 en dos tercios de los países de la UE cuyos datos están disponibles; las caídas más pronunciadas se produjeron en Grecia (17 %), España (8 %), Chipre (7 %), Estonia (5 %) e Irlanda (5 %). Esta evolución contrasta diametralmente con la situación observada en los países nórdicos, Alemania, Polonia y Francia, donde los sistemas de protección social y unos mercados de trabajo más resistentes permitieron que los ingresos globales siguieran aumentando durante la crisis. Sin embargo, la continuación de la crisis aumenta el riesgo de exclusión a largo plazo en todos los países.

Para evitar que sigan aumentando la pobreza y la exclusión a largo plazo, la Comisión publicará a principios de este año 2013 un paquete sobre Inversión Social con orientaciones dirigidas a los Estados miembros para que adopten políticas sociales adecuadas, sostenibles y eficaces que refuercen el capital humano y la cohesión social ante la contribución cada vez mayor a que son sometidos los recursos privados y públicos para hacer frente a estos retos.

Función esencial del diseño de los sistemas fiscales y de protección social

Desde la Comisión Europea se recomienda, para combatir eficazmente la pobreza, potenciar sistemas nacionales de protección social con medidas como la prestación de servicios de guardería, que facilitan la ocupación de puestos de trabajo por parte de las mujeres. También considera que el desplazamiento de la carga fiscal del trabajo hacia otras fuentes, como las emisiones de CO2 o el consumo y la propiedad, estimula el empleo.

En cuanto a los salarios, advierte el informe, una reducción de los mimos puede mejorar la competitividad pero también reducir la demanda interna de la producción de las empresas, lo que podría dar lugar a la pérdida de puestos de trabajo. Los datos reflejan que durante la última década se ha reducido en Europa la proporción de los trabajadores asalariados en el ingreso total generado por la economía, a la vez que han aumentado las desigualdades salariales.

Por otra parte, persiste una importante diferencia salarial entre hombres y mujeres (16,4 % por término medio en la UE en 2010) y esta tiende a aumentar según aumenta la edad de las personas. El análisis sobre los salarios mínimos que figura en el informe muestra que en los países con salarios mínimos elevados las tasas de empleo de estos trabajadores tienden a ser más elevadas. Los salarios mínimos pueden reducir también las diferencias salariales entre mujeres y hombres. Esta puede ser una de las razones por las que el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, recomendó la pasada semana fijar un salario mínimo europeo adecuado.

Capacidades

El análisis hecho en el informe muestra que en algunos países, especialmente del sur de la UE, la adecuación entre la cualificación (formación) y los puestos de trabajo es mala y/o ha empeorado. Este problema afecta en particular a la creciente multitud de jóvenes que no trabajan, estudian ni siguen algún tipo de formación (ninis).

Según la Comisión, para reducir estos desfases, los países necesitan invertir más eficazmente en educación y formación, gastar mejor en las políticas activas del mercado de trabajo y apoyar la creación de puestos de trabajo de elevada cualificación en los sectores en crecimiento, como la economía y tecnología ecológicas, las tecnologías de la información y la comunicación y la atención sanitaria. Y mientras tanto no llega el equilibrio, anima a viajar para encontrar empleo en otros Estados miembros. De hecho, desde la Unión se facilitará a los demandantes de empleo el contacto con empleadores de otros países y se apoyará la movilidad de los jóvenes.

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