La pobreza se duplica desde 2007 en Extremadura, Andalucía y Canarias
Las diferencias en pobreza entre comunidades autónomas se han duplicado desde el inicio de la crisis
La privación de renta es la dimensión de la pobreza con mayor diversidad entre regiones
La crisis económica ha afectado de forma muy distinta entre las diferentes comunidades autónomas españolas. Así, en regiones como Extremadura, Andalucía y Canarias el nivel de pobreza se ha duplicado, mientras Navarra, País Vasco y Cantabria han superado mejor la recesión.
Según el índice de pobreza humana elaborado por la Fundación Bancaja y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), que mide la pobreza contemplando el aspecto económico, privaciones en salud y educación y la exclusión social, el índice de pobreza ha aumentado en España un 1,7% en el período de crisis económica debido al aumento del porcentaje de pobres y de la tasa de paro de larga duración (un 16,2% y un 565% respectivamente entre 2007 y 2012).
Los datos de pobreza muestran un aumento del porcentaje de pobres en España de 3 puntos porcentuales, llegando en 2012 al 22,23% de la población. En 11 comunidades autónomas se ha producido un notable incremento de la pobreza, mientras que en las restantes ha tenido lugar un leve retroceso de la misma. La pobreza material es la dimensión que presenta mayores diferencias entre comunidades autónomas, y estas han aumentado durante la crisis.
Y como señala Antonio Villar, uno de los investigadores, es curioso que las comunidades del arco mediterráneo han tenido un comportamiento especialmente negativo a pesar del excelente comportamiento que ha tenido el sector turístico.
En cuanto a la pobreza humana, los datos de personas desempleadas durante más de doce meses (paro de larga duración) muestran la dimensión de la pobreza de la exclusión social. En Illes Balears, Murcia y La Rioja la tasa se ha multiplicado por más de 10, aunque en 2007 se encontraban por debajo de la media nacional. En España, en su conjunto, la tasa de paro de larga duración se ha más que sextuplicado en este periodo.
Otra cosa es la pobreza en salud y educación, que ha disminuido en España entre 2007 y 2012 (un 14,9% y un 24,6% respectivamente), debido a que las variaciones en salud se ven a largo plazo y la educación se comporta de manera contracíclica, ya que una de las respuestas al desempleo es un mayor interés por la formación. Ahora bien, como advierte el investigador Antonio Villar esto no debe hacernos olvidar dos aspectos relevantes. Uno, que los años de estudio hay que valorarlos también en términos de conocimientos efectivos; en este sentido los resultados de PISA indican que tenemos problemas pendientes de resolver. Dos, la existencia de una enorme bolsa de jóvenes con muy baja formación que están desempleados y que tendrán una difícil recolocación. La tendencia previsible es la de una mayor desigualdad porque las diferencias en formación efectiva se traducirán en diferencias en empleabilidad.
En cuanto a la salud, no es previsible que cambie de tendencia en términos de esperanza de vida, a menos que la crisis se prolongue durante más tiempo (aunque en algunos países ha sucedido, como en Rusia y en Grecia).