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La industria española pierde peso en el PIB

COGITI

José Antonio Galdón, presidente del COGITI, y Valentín Pich, presidente del CGE

Según se desprende del Barómetro Industrial 2019 del COGITI y del informe Una perspectiva económica de la situación de la industria en España del CGE

Se constata que la industria española pierde peso: si el total de la industria en el Producto Interior Bruto (PIB) español en el año 2000 era del 18,7% en el 2018 no superaba el 16%.

Estos datos se acentúan en el caso de la industria manufacturera, que ha pasado del 16,2% al 12,6% en el mismo periodo y su Valor Añadido Bruto (VAB) bajó del 17,8% en el año 2000 al 14% en 2018.

Con estas cifras España es la quinta nación europea en cuanto a volumen de facturación del sector industrial, número de empresas y porcentaje sobre el total de unidades monetarias del VAB en el sector. Lo peor es que la distancia en porcentaje con tres primeros países es de prácticamente el doble y aún mayor con el que ocupa el primer lugar.

Y aún peor es que del análisis de los datos de empleo al final del segundo trimestre de 2019 se desprende que la industria aporta un empleo más estable que el resto de sectores. Así, al analizar la jornada laboral, el porcentaje de jornadas completas supone el 95% sobre el total, frente al 85% registrado para el total de empleos de la economía nacional.

La Unión Europea se ha marcado el objetivo de que en 2020 la industria suponga el 20% del PIB en 2020. Y para eso, según los expertos, hay que llevar a cabo reformas en los ámbitos energético, logístico y de las infraestructuras.

Al analizar la contribución del PIB industrial de cada una de las Comunidades Autónomas a su PIB regional, se aprecia que 5 de las 17 regiones presentan una contribución inferior a la registrada a nivel nacional, destacando -quizás por el peso del sector turístico- Baleares y Canarias que no superan el 7%; y que 6 superan sensiblemente el porcentaje de contribución recogido por el conjunto de la economía nacional y se encuentran por encima del umbral del 20% establecido por la Unión Europea.

En general, la aportación del PIB industrial de cada CCAA al PIB industrial nacional se acerca al peso que cada economía regional tiene en el PIB total nacional, aunque con algunas oscilaciones en uno y otro sentido. Así, mientras que en Andalucía, Baleares, Canarias, Extremadura y Madrid es menor su aportación industrial al PIB industrial nacional que su peso en la economía nacional, en Aragón, Asturias, Cantabria, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Cataluña, Comunidad Valenciana, Galicia, Murcia, Navarra, País Vasco y La Rioja sucede lo contrario.

España tiene todos los ingredientes para ser una potencia industrial y ya está demostrando ser muy competitiva en sectores como el de automoción, químico o naval, por ejemplo. Pero para cumplir el objetivo de la UE (20% del PIB en 2020) ingenieros y economistas consideran necesario un pacto de Estado que englobe reformas estructurales. Según los presidentes del Consejo General de la Ingeniería Técnica Industrial (COGITI), José Antonio Galdón, y del Consejo General de Economistas de España (CGE), Valentín Pich, las reformas deberían centrarse en “la especialización tecnológica, la apuesta clara por la industria 4.0, y por la cada vez más necesaria unión fiscal en la UE en perfecta coordinación con una estrategia de política industrial”.

Y, por supuesto, por “una política energética estable que genere confianza en los inversores, y una energía barata que no sea un lastre para la competitividad de nuestros productos”.

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