La FAO alerta de un fuerte aumento de los precios de los alimentos

José Graziano da Silva, director general FAO (Foto: FAO/Fethi Belaid)
La meteorología y la tensión en el Mar Negro hacen subir los precios a su nivel más alto de los diez últimos meses
También denuncia la pérdida y el desperdicio innecesario de alimentos en buen estado
Los precios de los alimentos han subido bruscamente en marzo. Hasta 4,8 puntos -un 2,3%-, para situarse en una media de 212,8 puntos, el nivel más alto desde mayo de 2013, según alerta la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
«El índice se ha visto influenciado, tal y como se esperaba, por las condiciones meteorológicas desfavorables en los Estados Unidos y Brasil y las tensiones geopolíticas en la región del Mar Negro«, explica Abdolreza Abbassian, economista superior de la FAO, que añade que los precios han subido en todos los grupos, excepto en los productos lácteos, que cayeron por primera vez en cuatro meses (-2,5 por ciento). Los mayores incrementos se registraron en el azúcar (+7,9 por ciento) y los cereales (+5,2 por ciento).
El Índice de precios de los cereales de la FAO tuvo un promedio de 205,8 puntos en marzo, 10 puntos más respecto a febrero. Los precios del trigo y del maíz subieron y las importaciones se mantuvieron firmes en medio de la preocupación sobre los efectos del tiempo seco para el trigo en los Estados Unidos, la meteorología desfavorable en Brasil, y las tensiones en la región del Mar Negro.
A pesar de que en marzo el índice subió a su valor más alto desde agosto de 2013, se mantuvo muy por debajo (34,6 puntos o el 14,4 por ciento) de su valor en marzo de 2013. Los precios del arroz se mantuvieron en general estables. En cuando a los aceites vegetales, los precios tuvieron un promedio de 204,8 puntos en marzo, 7 puntos más que en febrero y el nivel más alto alcanzado en los últimos 18 meses. Este alza refleja sobre todo la subida en el aceite de palma, debido a la preocupación que no cesa sobre el impacto de la prolongada sequía en el Sudeste asiático.
Los precios de los productos lácteos, por su parte, sufrieron una caída de 6,9 puntos debido a la disminución de las compras de China, y la incertidumbre sobre el comercio con la Federación de Rusia. La elevada producción en Nueva Zelanda y en el hemisferio norte también influyó en los precios.
En cuanto a la carne, los precios promediaron 185 puntos en marzo, con una subida de 2,7 puntos. Una vez más intervino la meteorología, ya que esta subida se asocia con las consecuencias de la sequía en la producción, tanto en Australia como en Estados Unidos. La carne de cerdo también subió de precio, en parte por la preocupación por el efecto del virus de la diarrea epidémica porcina en las exportaciones de EEUU.
Y el azúcar se situó en 253,9 puntos en marzo, con un aumento de 18,5 puntos en un contexto de disminución de la disponibilidad en Brasil y Tailandia, debido a la sequía y la menor producción de la caña de azúcar, respectivamente. El impacto potencial de las condiciones creadas por El Niño a finales de este año contribuyó también a la subida de los precios.
Lo que preocupa a la FAO es la producción de arroz. El pronóstico para la producción mundial de arroz en 2014 apunta a un modesto incremento del 0,8%, hasta los 500,7 millones de toneladas (arroz elaborado), ya que es probable que el sector se vea afectado por la caída de los precios a nivel mundial y los temores de una repetición del fenómeno de El Niño. Pero a pesar de que las perspectivas para el arroz apuntan a un ligero aumento, FAO considera que podría no ser suficiente para compensar el crecimiento demográfico y podría verse una disminución de las existencias en la próxima temporada.
Coincidiendo con la publicación de estos datos y durante una reunión de trabajo entre ministros de Agricultura de Europa y Asia Central, la FAO ha condenado hoy la pérdida y el desperdicio innecesario de alimentos en buen estado. «A medida que la población crece y las necesidades de alimentos continúan aumentando, el mundo no puede permitirse el lujo de seguir malgastando un tercio del total de la producción agrícola», advierten.
Para poner un ejemplo, los expertos de la organización internacional constatan que el exceso de oferta de pan, la capacidad de compra y la preferencia de los consumidores por el pan fresco provocan el desperdicio de un 25% de los productos cerealeros en los países de altos ingresos. En los países de ingresos medios, los niveles de desperdicio están en el 8,5%, y en los países de bajos ingresos de tan sólo un 5%».
El comportamiento del consumidor es sin embargo tan sólo una parte del problema. Una parte importante de las pérdidas de alimentos se producen en las explotaciones agrícolas o durante el almacenamiento, el transporte y la elaboración. Así, en los países de ingresos altos de la Unión Europea y de la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC), las mayores pérdidas se dan en la fase de producción, con más de un 30% de cultivos perdidos o desperdiciados durante el proceso de recolección. Una pérdida adicional del 17% se produce en el procesamiento y envasado; algo que no se produce en los países de medianos y bajos ingresos donde apenas hay pérdidas o desperdicio en la elaboración y envasado.