El paro en España está por encima del 21%

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, durante su comparecencia en la Comisión de Asuntos Económicos y Transformación Digital (Foto: Congreso de los Diputados)
El Banco de España presenta su Informe Anual 2020
El impacto de la crisis en la economía española ha sido muy intenso y superior al de otros países desarrollados porque partía de niveles de déficit y de deuda pública elevados.
Lo peor es que los efectos de esta crisis están siendo muy persistentes. Lo demuestra el nivel del PIB, que, a finales del primer trimestre de 2021, se encontraba todavía 9,4 puntos porcentuales (pp) por debajo de su nivel previo a la crisis. Además, la tasa de paro se situó en el 16% en el primer trimestre. Una cota que sube al 21,3% si se le añaden los empleados que todavía permanecen en expedientes de regulación temporal de empleo -ERTE – y los autónomos en suspensión de actividad.
Esta es la más importante conclusión de la comparecencia en el Congreso de los Diputados del presidente del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, en la Comisión de Asuntos Económicos y Transformación Digital del miércoles.
Allí, De Cos avanzó que los efectos de la pandemia pueden perdurar varios años. En su escenario central, la recuperación del nivel de actividad prepandemia no se produciría en España hasta 2023, mientras que en el conjunto del área del euro se anticiparía a 2022.
En este contexto abundó en la proporción de empresas en riesgo de convertirse en inviables, que puede haber aumentado entre 2 y 3 pp; y en el porcentaje de empresas que, aun siendo viables, tendrían problemas de sobreendeudamiento podría aumentar entre 3 y 5 pp. Con todo esto, sus especialistas asumen una destrucción moderada del tejido productivo nacional.
Por eso el primer objetivo debe ser evitar el cierre de aquellas empresas en dificultades, pero que siguen siendo viables. Y el segundo reforzar las políticas de formación a trabajadores y parados que faciliten su reciclaje profesional hacia las actividades de futuro e impedir así un incremento del paro estructural. Este refuerzo es particularmente importante en un contexto de continuo e intenso proceso de cambio tecnológico y de envejecimiento paulatino de la fuerza laboral.
Es necesario aflorar otro dato ‘oculto’. Durante 2020 las compras netas del programa de emergencia frente a la pandemia (PEPP) del Banco Central Europeo (BCE) alcanzaron un importe equivalente a más del 90% de las necesidades netas de financiación pública de los países del área del euro (y a casi el 30% de las necesidades brutas). Estas compras de activos equivalentes al 6,7 % del PIB de la eurozona en 2020 han resultado particularmente importante en países como España.
Estos estímulos perdurarán un tiempo más pero, evidentemente, tienen solución de continuidad. Por ello el futuro español es incierto. Hay que tener en cuenta que la ratio de deuda pública sobre el PIB ha aumentado desde el 95,5% en diciembre de 2019 hasta el 125,3% en marzo de 2021 (+30 puntos porcentuales), y el déficit público estructural, que ya superaba el 3% del PIB en 2019, podría alcanzar cifras cercanas al 5% tras la crisis.