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‘Shame’, o el descenso a los infiernos del sexo de Michael Fassbender

Michael Fassbender, protagonista de 'Shame'

Uno de los principales problemas del cine comercial es la imperiosa necesidad que tiene de verbalizarlo todo, de explicarle al espectador qué ha pasado, cuándo ha pasado y por qué ha pasado. Una película resulta más estimulante cuando deja al espectador sacar sus propias conclusiones, cuando le hace pensar. Shame es una de estas películas. Steve McQueen, su director, ha compuesto un film crudo y directo, como un puñetazo en el estómago que te deja sin aliento.

Shame cuenta la historia de Brandon, un hombre aparentemente exitoso en su trabajo y en su vida cotidiana, con el aspecto y la actitud de un triunfador, pero para el que el sexo es el verdadero centro y motor de su vida. La inesperada visita de su hermana Sissy supondrá todo un cambio para él. Este es el punto de partida de Shame, la segunda película del director inglés Steve McQueen tras la aclamada Hunger, historia de un preso del IRA en huelga de hambre inédita en España.

McQueen y Abi Morgan firman un guión sólido y de pocas palabras, que no se pierde en recuerdos de la juventud de los personajes ni en elementos superfluos. La información de que dispone el espectador es mínima, y no es necesario tener más. Lo no dicho, lo apenas intuido, adquiere una importancia enorme ya que se va perfilando a medida que avanza el metraje como el verdadero tema de la película. Shame no habla de las adicciones, haba de la incapacidad afectiva.

La película se construye a partir de planos muy largos, y es precisamente esta ausencia de un montaje frenético —tan habitual en el cine de hoy como desafortunado en muchas ocasiones— lo que da la fuerza y el valor a las impresionantes interpretaciones de sus protagonistas. La cámara, y con ella nuestra mirada, se para frente a Brandon sin ningún pudor, diseccionando sus sentimientos, su lucha interior, sus contradicciones. En cambio en las secuencias de sexo donde la cámara juega con ángulos y profundidades de campo.

El sexo con Brandon no es bonito, ni erótico, ni sugerente. Es es imperativo, compulsivo, desesperado, algo patético y autodestructivo, como lo son todas las adicciones. Shame no nos deja escapar ni apartar la mirada del descenso a los infiernos de su protagonista. Brandon va a hundirse en lo más profundo de la sordidez humana, y nosotros vamos a ir con él.

Carey MulliganDrive, An Education— interpreta a la hermana cuya inesperada visita descoloca al protagonista, dándole un aire de dulzura y fragilidad. Michael FassbenderJane Eyre, Un método peligroso— ganó la Copa Volpi al mejor actor en el pasado Festival de Venecia por este personaje al que dota al mismo tiempo de cinismo y vulnerabilidad, violencia, y arrepentimiento, lujuria y patetismo. Fassbender se erige sin duda como uno de los mejores actores del cine actual, construyendo un personaje que nos atrae y nos repele a partes iguales.

FICHA TÉCNICA

TÍTULO: Shame

DIRECTOR: Steve McQueen

INTÉRPRETES: Michael Fassbender, Carey Mulligan, James Badge Dale, Nicole Beharie

DURACIÓN: 99 minutos

PAÍS: Reino Unido

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