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La Comunidad de Madrid adquiere el legado de Buero Vallejo

Antonio Bueno Vallejo

Antonio Bueno Vallejo en una imagen de RTVE

La Biblioteca Regional se convierte en el centro de referencia para el estudio del dramaturgo al recibir, de manos de su familia, 29 manuscritos de sus obras y 12 manuscritos de artículos periodísticos

La Comunidad de Madrid ha adquirido el legado de Antonio Buero Vallejo, uno de los dramaturgos españoles más destacados del siglo XX.

Nacido en Guadalajara, Vallejo se mudó pronto a Madrid, región que ha sido escenario de muchas de sus creaciones, marco de los problemas e inquietudes del hombre y su sociedad. Allí falleció en abril de 2000.

En la sede de la Biblioteca Regional, en El Águila, miembros del Gobierno madrileño han recibido de manos de la viuda y el hijo del autor 29 manuscritos de las obras de Vallejo, además de otros 12 manuscritos de artículos periodísticos y discursos.

Se trata de los manuscritos originales de las primeras ediciones de obras como Historia de una escalera, La Fundación, El tragaluz, Hoy es fiesta y En la ardiente oscuridad, entre otros títulos. Además, toda la obra cuenta con el valor añadido de incorporar las notas y dibujos del autor sobre diversos aspectos de la escenografía, la puesta en escena y comentarios sobre el proceso creativo.

Buero estudió en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid y, acusado de «adhesión a la rebelión», permanece en prisión desde 1939 hasta 1946. Allí coincide con Miguel Hernández y entablan una fuerte amistad. Al ser puesto en libertad comienza a colaborar en diversas revistas como dibujante y escritor de pequeñas piezas de teatro.

Su debut se produce en 1949 con la publicación de Historia de una escalera, obra galardonada con el Premio Lope de Vega y que tuvo un gran éxito de público en el Teatro Español de Madrid.

Durante la década de los cincuenta escribe y estrena, en España y en el extranjero, obras tan significativas en su trayectoria literaria como La tejedora de sueños, La señal que se espera, Casi un cuento de hadas, Madrugada, Hoy es fiesta o Un soñador para un pueblo.

A pesar de varios problemas con la censura vigente, en la década siguiente estrena títulos como El concierto de San Ovidio, Aventura en lo gris, El tragaluz -que se mantiene en cartel durante casi nueve meses- o Las Meninas, cuyo estreno en 1960 obtiene un éxito sin precedentes. Además, prepara versiones de Shakespeare –Hamlet, príncipe de Dinamarca– y Bertolt Brecht –Madre Coraje y sus hijos.

Posteriormente realiza un ciclo de conferencias en varias universidades estadounidenses. En 1971 ingresa en en la Real Academia Española, y más tarde es nombrado socio de honor del Círculo de Bellas Artes y del Ateneo de Madrid. Asimismo, pertenece a diversas academias, comités y sociedades de América, Portugal, Alemania y Francia.

Durante los primeros años de democracia en España no cesa de estrenar obras: Jueces en la noche, Caimán y Diálogo secreto o su versión de El pato silvestre, de Henrik Ibsen, en 1982. En 1986 recibe del Premio Miguel de Cervantes por toda su trayectoria literaria.

Compagina su éxito en el campo de la literatura con su otra gran pasión, la pintura. En 1993 publica Libro de estampas, donde se recogen pinturas acompañadas de textos inéditos del autor. En 1997 ve la luz su última obra, Misión al pueblo desierto, estrenada en Madrid dos años después. En 1998 es nombrado presidente de honor de la Fundación Fomento del Teatro.

Un legado, el de Buero Vallejo, del que la Biblioteca Regional se convierte en centro mundial y con el que da un paso más en su objetivo de ampliar sus colecciones con archivos personales de grandes creadores cuya obra o influencia cultural tenga en Madrid su escenario preferente.

Así, el archivo literario de Buero Vallejo se une a la valiosa colección cervantina, al archivo de Mesonero Romanos, a la colección de impresos antiguos de grandes autores del Siglo de Oro y a la de materiales fotográficos que ilustran espacios de Madrid hoy desaparecidos. Además de a las distintas colecciones de material audiovisual y periodístico.

Todas ellas integran un fondo que sobrepasa el millón doscientos mil volúmenes destinado al estudio, investigación y difusión de la historia y la cultura de la Comunidad de Madrid, que en 2016 fue visitado por más de 40.000 personas.

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